El sueño capitalista de los cubanos

Tarde en la noche encendí mi televisor en la señal estatal chilena y me quedé viendo una película cubana sobre unos jóvenes que se sentían asfixiados de su rutina y deseaban marcharse cuanto antes de la isla. Contemplé sus vidas tranquilas y alegres, sin adornos, sin urgencias, contemplé el aire limpio de La Habana, sus calles adoquinadas, su malecón donde los jóvenes desplegaban sus risotadas vespertinas, vi rodar motos y bicicletas, microbuses sin vidrios, piernas desnudas y musculosas, escasos gordos y vi extasiado la belleza decadentista de las mansiones antiguas. Ingresé con ellos a sus casas cuya ornamentación parecía sacada de mis recuerdos setenteros.

La riqueza, ajena

Los sillones, la cocina, el televisor, la instalación eléctrica, todo era viejo pero seguía funcionando. Los jóvenes y adultos cenaban frugalmente y hablaban del anhelo de las luces del otro lado del mar. “Allí sí hay oportunidades, riqueza, libertad, allí te puedes comprar lo que quieras hermano”. Luego iban a recostarse en sus viejas hamacas para seguir pensando en lo que creían estarse perdiendo por no marcharse.

Al día siguiente los niños asistían uniformaditos y disciplinados al colegio. Se mostraban entusiastas por aprender y efectivamente parecían aprender muchas cosas en cada jornada. Algo más tarde los médicos pasaban haciendo sus visitas domiciliarias, enseñando, previniendo y repartiendo medicinas mientras las mujeres mayores conversaban amigablemente a gritos.

La gente parecía mayoritariamente sana, sus pulmones limpios, sus cuerpos limpios, sus pensamientos en calma, los niños jugaban y bebían leche, comían pollo y vegetales, no vi drogas acechando, ni delincuentes en cada esquina, las personas leían sus periódicos en cualquier asiento callejero y los viejos recordaban aspirando sus gastadas pipas.

Entonces pensé, ¿cuál es el gran drama de los cubanos? ¿desear un sillón nuevo? ¿un reluciente automóvil nuevo? ¿ganar más dinero? ¿libertad para ir donde quieran? ¿libertad para opinar?¿para elegir nuevos peleles? ¿para llenar sus casas de bisuterías innecesarias?¿quieren simplemente que caiga la dictadura Castrista?

Un régimen menos inmundo

Y si efectivamente cae el último de los Castro, ¿qué es lo que les espera a los cubanos? ¿Un Mariel invertido? ¿Un gran desembarco de pequeños Berlusconis y Piñeras desde Miami con su cantinflerismo electoral y sus sonrisas de quirófano? ¿Un desembarco masivo de las voraces transnacionales inmobiliarias, farmacéuticas y alimenticias para que maquillen la isla con amables colores capitalistas? ¿Una restauración casi inmediata del viejo orden clasista? ¿La segmentación de sus barrios, la privatización de sus servicios básicos, de sus playas, de sus colegios, universidades, hospitales, carreteras? ¿La reconversión generalizada de los desencantados revolucionarios en precarios esclavos del salario mínimo? ¿Desean volver a ver un recital de Juanes y Miguel Bosé pero esta vez pagando cien dólares por cada boleto?

Conocí Cuba a través de los ojos de Alejo Carpentier, de Reinaldo Arenas, de Calvert Casey, Severo Sarduy, Nicolás Guillén, Guillermo Cabrera Infante, José Lezama Lima y Virgilio Piñera. Ellos me radiografiaron su isla y me confirieron la posibilidad de entender su barullo vivencial y político. La historia más honesta la suelen hacer los literatos y no los historiadores, periodistas o filósofos. Nunca he defendido al régimen castrista aunque siempre me ha parecido menos inmundo que la corruptela con apariencia democrática que inunda a países como Chile.

Estoy acá, inmerso en este sistema capitalista salvaje. Las tiendas están efectivamente abarrotadas de buhonerías seductoras. Nuestras billeteras están obesas con tantas tarjetas de crédito. Puedes comprarte una lámpara de diseño vanguardista o un enorme televisor de plasma en 36 cuotas y no comer carne ni comprarte un pantalón en tres años para poder pagarlo. Puedes opinar lo que quieras pero a nadie le importa tu opinión. Si te enfermas o te duele una muela simplemente te jodes en tu dolor, porque los médicos y dentistas atienden en onerosas clínicas privadas.

En el sistema público te dan una hora para dos años más tarde cuando ya no te quede ninguna muela o el cáncer te haya pateado el trasero hasta el otro mundo. Dos tercios de los trabajadores del país ganan el sueldo mínimo y con sus espaldas apuntalan los privilegios del más visible tercio restante. Hay cientos de miles de personas y familias que viven completamente al margen, sin ayuda estatal, ni previsión ni luz eléctrica ni agua potable ni educación ni salud, aunque férreamente controlados por la legislación penalista del Estado.

Un nauseabundo pozo séptico

Son nuestros pobres más pobres que se allegan tras las colinas más escondidas o al costado de los pantanos más pútridos para sobrevivir. Millones de personas viven en los suburbios miserables. Infestados con el narcotráfico, el desempleo y la violencia de todos contra todos. En este país de fulgurantes luces de neón existe de todo pero no puedes comprar casi nada. Debes pagar un colegio semiprivado para que no acuchillen a tu hijo ni lo conviertan en drogadicto.

Además, debes endeudarte de por vida con los bancos para costear la carrera universitaria de tus hijos, para pagar una vivienda o un auto que nunca alcanzan a ser tuyos. Y también debes pagar sobornos, coimas, abundantes peajes, tolerar colusiones de sobreprecios y más sobreprecios. Y convivir cada día con el más despreciable clasismo que inunda hasta la más insignificante faceta de nuestra convivencia. Un clasismo enfermizo en que cada persona es a la vez un despreciado y un despreciador y que va bajando como una decoloración racial, desde el más blanco al más indio. Como quien se adentra a pisotones en un nauseabundo pozo séptico.

No sé qué es lo peor. Yo preferiría acabar con ambos sistemas y dejar a las personas libres, absolutamente libres como siempre debieron serlo. Estoy seguro que no se dañarían unas a otras, no tendrían razón para dañarse.

Perfil del autor

Escritor chileno. Licenciado en Historia en la Universidad de Chile. Nació en San Fabián de Alico en 1972. Ha publicado ensayos, crónicas y relatos en diversos medios americanos y europeos. Es autor de las novelas Ameba y El odio, y de los libros de relatos La vida continúa y El insomnio de la carne. Todas sus obras han sido publicadas por Sanfabistán Editores. Columnista en HuffPost Voces (EEUU) e HispanicLA (EEUU) y controvertido bloguero político cuya voz independiente se ha expandido a todo el mundo hispanohablante. Se le ha descrito como un autor de pluma corrosiva, provocadora y amarga.

30 comentarios

  1. Es decir, si nuestro escritor ve una película alemana de la época hitleriana, sale cantando loas al nacionalsocialismo…

    Me gustó el cuento del chinito y sin duda que es aplicable a nuestro escritor. ¿Quelel cambial?

    Una exiliada cubana aquí en Chile me contó otro muy bueno. Erase una vez un perrito cubano, que se lanzó al mar y llegó nadando, a lo perrito por supuesto, a La Florida. Cuando llega, unos perros policiales gringos lo reciben y le preguntan por qué se había venido de Cuba. «¿Es que acaso no te daban de comer?». El perrito cubano, responde que más o menos, pero que siendo sincero, nunca, salvo en el «período especial» se moría de hambre. «¿Es que acaso te pasabas enfermo y no te llevaban al veterinario»?, continuaron investigando los perros gringos. «La veldá, de haber veterinarios habían, aunque en realidad cada vez menos, pues los mandan en misiones internacionalistas fuera de Cuba y muchos se quedaban fuera y no vuelven. Pero siendo sincero, siempre puede encontrarse un veterinario dispuesto a atender a un perro con algún problema», respondió el perrito cubano. «Y entonces, si no te falta esas cosas esenciales, ¿por qué te viniste de Cuba?. El perrito cubano respondió, «para ladrar, hermano, para ladrar».

  2. Lo que quiero yo , cubano, es libertad, derecho a elegir.. como sera cuba, cuando exista libertad, de eso se puede expecular todo lo que se quiera.. pero es un derecho de nuestro pueblo y nadie puede quitarselo, de todas las maravillas que tu dices ver en cuba , discrepo mucho y se puede debatir por caso, pero no creo que sea tu interes, jamas podemos pensar que, por que otros tengas mas problemas que nosotros, nosotros no deben tener elecciones, ni cambiar de regimen o sistema. Creo que los gobiernos se deben evaluar por periodos y valorar sus logros e igual cambiarse para dar paso a otras generaciones aun cuando sean buenos gobiernos..Eso es a los que aspiramos, a vivir un mundo de derechos , de libertades, de decidir no una dictadura..

  3. Buen pollo el que se está organizando con la temática cubana. lleva siendo así más de 50 años, casi, casi, casi los que yo tengo. Y no soy cubano.
    Tengo la inmensa dicha de poder decir que he estado en alguna parte de la isla, en algunos pueblos y en La Habana. Estoy seguro de haber visto paisajes, gentes y circunstancias que hace muchos años no pueden ver muchos cubanos exliados. Y si una cosa tengo clara, es la gran cárcel en que se ha convertido la isla, la gran mentira que mantiene a los Castro en el poder a pesar de que mi impresión es que ya prácticamente nadie se cree nada de lo que el régimen dicta (que no dice), porque ¿quién en su sano juicio puede creer las palabras de un – dos – dictadores?
    Y algo más: existe un miedo congénito a no decir lo que se piensa en voz alta, un miedo que congela el cerebro, marchita el corazón y acaba con los sueños. Sin embargo, y esto lo percibí en todas y cada una de las buenas personas – intelectuales o no – aún permanece viva la llama de la esperanza de un futuro distinto, mejor.
    Sólo hacen falta que se mueran de una puta vez ese par de cabrones gaitos, salga la gente a la calle y los cubanos de fuera empiecen a invertir en la isla. Entonces será otro día, y Cuba regresará al lugar que legítimamente le pertenece.

  4. Aunque quiero que termine el régimen de Castro para que los cubanos se pongan los pantalones largo y dejen de vivir en ese Nirvana patriarcal de Castro, la verdad es que este ARTICULAZO de Muzam me hace reconsiderar todos mis argumentos y conceptos

  5. Gracias Coutin por traer a colacion lo de Los Logros de la Revolucion. Ya que la polemica ha tomado camino tan interesante, pienso que si nosotros los cubanos no queremos, por razones ya explicadas, pues avancemos en el tema. Gabriel, he hablado contigo pocas veces pero se que eres un hombre inteligente y sensible pero todo indica que aun crees como muchos amigos mios de Latinoamerica en los llamados o digamos, logros de Cuba. Por que no los describes y asi debatir por las claras con los argumentos de cada cual. Ayuda a romper el dialogo de sordos. Saludos afectuosos. Julio Benitez

  6. DE LOGROS…

    A la luz de todo este asunto de los «Logros de la Revolucion» (que muchos otros paises «lograron» de verdad sin exigir tanto dolor a cambio), acabo de recordar un añejo chiste cubano de cuando las guerras de Independencia, que seguro alguno de mis compatriotas recordara con una sonrisa:
    EL CUENTO DEL CURA Y EL CHINO FUSILADO
    Erase un chinito, combatiente de nuestro glorioso Ejercito Libertador en la Guerra de Independencia (donde dicho sea de paso, hubo muchos chinos, gringos, ingleses, italianos y hasta polacos, pero no me viene a la memoria ningun sudamericano a excepcion de Marcos Maceo, el padre Venezolano del Titan Antonio, que por algun extraño azar de la Historia, como Maximo Gomez el Dominicano, despues de servir al Ejercito colonial contra sus respectivos compatriotas, entregaron lo mejor de si por nuestra Independencia). Pues bien, nuestro chinito cayo prisionero de los españoles, que, como era de rigor y en la tradicion que despues continuaron los Castristas, lo condenaron de inmediato a morir fusilado. Pero los «gallegos», siempre tan pundonorosos en lo tocante a la fe católica, le mandaron al chinito un cura para confesarlo y consolarlo antes de la ejecución. El Sacerdote, bien versado en sus artes dialécticas, le pintó al chinito un cuadro maravilloso del Reino de los Cielos que le aguardaba tras la salva de fusilería. A lo cual el chinito, con la lógica imbatible característica de su nación, le replicó:

    -TU QUIELE CAMBIA??!!

    Y asi me imagino, mios queridos compatriotas, que a todo aquel que, desde la condena del horrible infierno capitalista, sueñe o anhele la redención del Socialismo a la Cubana, le ofrezcamos, junto con nuestro chinito:

    -TU QUIELE CAMBIA?

    PD: Un buen ejemplo de esa libertad sin sistemas que nuestro amigo Jorge sabiamente propone, seria permitir el libre flujo migratorio de todo aquel que odie el capitalismo hacia naciones con régimen socialista o comunista, y que a los tontos que sueñan con el capitalismo se les conceda fluir hacia èste, pero, por alguna extraña razón, los comunistas nunca lo permiten, y si por casualidad se les ocurrio alguna vez esa locura, por alguna aun mas extraña razon, el flujo solo ocurre en un sentido…

  7. ¿Coincidencias?

    Esta vez, amigo Jorge, concuerdo contigo, y de hecho te doy las gracias por los elogios. Gente como nosotros, bueno, específicamente en mi caso, entiendo el mundo de una manera simple y compleja al mismo tiempo (si es que este mundo es entendible). Simple porque hasta ahora he comprobado que no hay sistemas que puedan arreglar la humanidad. Pienso que la salvación, si se puede decir así, es individual —y me refiero a la salvación desde un punto de vista de la existencia y de una conducta para vivirla—. Si la gente se mejora en sí misma podría ser que en unos cientos de años, entonces la sociedad mejore. Pero siempre nos queda la esperanza de que, al menos, el ambiente a nuestro alrededor se haga menos displicente, menos obvio y aburrido y menos mítico. Y complejo porque el ser humano en sí mismo es un ser demasiado enredado en su propio laberinto. Se ha metido en el sendero muy abrupto y lento del racionalismo y ha dejado la imaginación y la poesía a un lado. Occidente se ha abrumado y enroscado en su propia modernidad. Desde el punto de vista de la cultura, creo que uno de los caminos que mejor podríamos transitar es el de la búsqueda de la imaginación, sin desdorar la racionalidad; es como ir un poco más hacia una racionalidad más einsteniana que cartesiana. Quizás poco a poco podamos ir haciendo un predio aparte en este mundo, de poetas y pensadores libres, de escritores que apunten —como tú, por supuesto, como nosotros, quizás— sus cañones de tinta hacia todo uniforme totalitario, hacia todo tipo de partido político, hacia toda mala entraña que desajusta las psiquis de los zombis que aspiran a seguir a caudillos y conquistadores. A lo mejor así, inventamos una república invisible, que funcione por sí misma en la cabeza de millones de escritores (siempre en la oposición a los órdenes establecidos) y la literatura se conformara, como quería el peruano Manuel Scorza, en un “territorio libre no sólo de Latinoamérica, sino del mundo”.
    Por aquí andamos todos, por diferentes caminos, haciéndolo al andar (según Machado), pero tratando de vislumbrar la misma luz al final, no de un túnel, sino de un bosque bien coposo que nos pone trabas constantemente para perdernos.
    Me gustaría que te leyeras un trabajo mío que acaba de ser publicado en la revista Otro Lunes. Se titula: “El síndrome del flautista de Hamelin”; es extenso porque pertenece al capítulo de un libro mío sobre Cuba, pero me parece que entra en todo este andamiaje de polémica que hemos creado. También te recomiendo que leas, en esa misma revista, el trabajo editorial de Amir Valle, titulado: “Los mitos se adelgazan”, que está a propósito de algunas de tus consideraciones.
    Esta vez quiero ser corto, y sólo decirte una cosa más: agradezco esta polémica, creo que me estoy enriqueciendo. Ojalá que Gabriel acabe de despojarse de las reminiscencias de un pasado utópico. Yo sé que eso cuesta mucho. Pero la experiencia que hemos tenido los cubanos, a mí, en lo particular, me hace descreer profundamente de la derecha y de la izquierda. No tengo partido, no creo en ninguno, pero cifro mis esperanzas en la humanidad, aunque de los buenos siempre sean pocos los que la representen. La utopía para mí es la perfecta imperfección; “es, a mi juicio, un tanto intentar volver a definir el concepto de ‘utopía’. Me baso en uno de los principios progresivos que nos legaron los griegos, el sentido del ‘mejoramiento constante’, lo que constituye un aserto para el desarrollo del hombre”. (Tomado del final de mi trabajo, “Del ajiaco de los genes a la utopía de la imperfección”, salido en estos días en Palabra Abierta, número 5, marzo de 2010). Los logros pueden ser muchos —positivos o negativos— para un gobierno o sistema. En el caso de Cuba sus “logros” han sido catastróficos. No merita ya recordarlos, a no ser para evitar errores futuros.

    Manuel

  8. Estimado Jorge. Esta vez no voy a contradecirlo ni a buscar un argumento, que si fuera oral tal vez sonara como grito salvaje, muy cubano. Me interesa felicitarle. No porque comparta sus ideas sino porque en ese dialogo sordo, como le llaman, muchos acá reclamábamos la contrarespuesta ante nuestros argumentos. Usted encendió la llama de la polémica con libertad, pienso que sin ofensas. Al menos aquí se puede. Bueno. no nos ha llamado ni trogloditas ni mafiosos. Así que vistas las cosas, me parece que tiene usted el derecho a opinar y dialogar para ayudar a estos cubanos obstinados que sentimos tanta pasión cuando nos tocan el punto «del infierno» y esa patria nuestra que nos duele ta tanto que saltamos como fieras heridas cuando se nos hiere o creemos que así ha pasado. Saludos. Julio Benítez

  9. UNA SUGERENCIA:
    Sugiero que no se admita el empleo de seudónimos en los comentarios de este blog. El que tenga una opinión, obviamente respetable cualquiera que esta sea, no debe tener ningun inconveniente en dar la cara. No debe haber ningún agente de ninguna Policía Secreta o Santo Oficio de turno tomando nota, asi que no hay nada que perder.

  10. EL DIALOGO DEL SORDO Y EL QUE NO QUIERE OIR.
    No se si deba… Hace ya muchos años llegué a la conclusion que es imposible zanjar la discusión acerca del Castrismo (o de modo mas amplio, entre los que defienden lo que entienden por «libertad»y lo que consideran «tirania» y viceversa) mediante el uso de la razón y argumentos lógicos. Tras décadas de presenciar y participar en infinitas y estériles polémicas, durante los 17 años de mi primer exilio en Venezuela, mas los 2 que llevo aquí en USA, he llegado a la convicción de que algun profundo sustrato biológico esta implicado en la irreductibilidad de las opiniones, especialmente basadas en algo distinto a la experiencia personal, acerca del «fenómeno socialista cubano» que suelen albergar innumerables miembros de la intelectualidad hispano-americana. He llegado a preguntarme si los largos siglos de coloniaje español, con su Monopolio Comercial, su Casa de Contratación de Sevilla, unico puerto autorizado para el comercio entre la Metrópoli y sus colonias, y por ende su prohibicion de comerciar con ningun otro puerto de España y mucho menos de otra parte (nota aclaratoria para los que no recuerdan ya las lecciones de historia de Sexto Grado), dejaron una huella indeleble en la memoria genética del hispanoamericano (incluyo ahí a los «hispanos» peninsulares aunque ellos nos llamen «sudacas»). No veo otra explicaciòn a esa irracional veneracion por la Economia Regimentada y la tirania polìtica que SIEMPRE se le asocia, independientemente de lo amarga que resulte la experiencia del «capitalismo salvaje». Señor Muzam, como historiador, me tomo el atrevimiento de invitarle a ahondar un poco en la historia de esa desdichada Isla que Ud. tanto admira como para juzgar a sus habitantes, y asòmese con curiosidad profesional a los sucesos de una pequeña villa colonial llamada Bayamo, a principios del Siglo XVII. El «sueño capitalista» de los protocubanos de aquella remota edad consistìa en hacerse de Encajes de Flandes, porcelanas de Sèvres y otras «bisuterías»de la época (obviamente no habia blue-jeans ni TV de plasma), que el monopolio comercial español no permitia, pero que los avispados bucaneros holandeses, ingleses y franceses estaban dispuestos a proporcionar alegremente a cambio de carne salada. Desafortunadamente, ese «comercio de Rescate» o Contrabando era reprimido brutalmente por las autoridades coloniales hasta con la Horca o la Inquisicion (por el delito de «Contrabando con los Herejes»). Como Ud ve, las cosas no han cambiado mucho en 400 años, los cubanos seguimos reprimidos y soñando con lo que no podemos tener, aunque nuestros «hermanos»del Sur no lo entiendan, nos juzguen y se burlen de nosotros. He encontrado menos sordera en conversaciones con Polacos, Alemanes y hasta Rusos. Ellos nos entienden mejor.
    Señor Lerner. Usted tiene toda la razòn, todo intento de «diàlogo» acerca de lo que un lado llama «Gloriosa Revoluciòn Cubana» y el otro «Infame Tiranía Castrista» esta condenado al fracaso desde un inicio, independientemente de la solidez de los hechos que se presenten para ilustrar que cualquiera de los ‘logros» que se le puedan reconocer a ese régimen esta esencialmente contaminado y malogrado por la supresión de la Libertad. Esa Libertad que nadia valora hasta que la pierde. Asi que coincido con Ud, que se deje solos a los cubanos (como de hecho lo han estado siempre) y que los demas se abstengan de juzgarnos, sobre todo sin base. Muchas Gracias.

  11. EN CUBA SE ROMPIO LA VIRGINIDAD SOCIALISTA

    Los anhelos de justicia social de Muzam son encomiables y los comparto. Aprecio sobre todo sus últimos comentarios en este espacio. Es muy honesto y lo saludo por ello.

    De inicio quiero decir que yo también rechazo el capitalismo salvaje. Pero rechazo con más fuerza el socialismo (lease comunismo), y no porque lo estudié o lo lei en libros y revistas, o por tozudez ideológica, o por capricho, sino porque viví en el comunismo 36 años (y como protagonista) y me consta que es peor que el fascismo, al menos en cuanto a las libertades individuales y la gestión económica.
    Opino que el mejor modelo social que hay hoy sobre la Tierra es el escandinavo (lo pude estudiar de cerca cuando estuve en Dinamarca y Suecia en 1986), el mismo que rechazaron Lenin y los bolcheviques en 1903, en un congreso en Londres en el que se separaron de los socialdemócratas moderados (mencheviques) encabezados por Julius Martov y se dividió en dos el Partido Obrero Socialdemócrata Ruso.

    Un siglo después el modelo marxista-bolchevique yace en su sepultura de las muralla del Kremlin, por inservible, y el menchevique goza de excelente salud en las naciones escandinavas y también en buena medida se ha extendido por varios países de Europa, sobre todo cuando son gobernados por partidos socialdemócratas.
    Llámenlo “Estado del Bienestar General” o “Capitalismo de Estado”, lo cierto es que el nivel social y económico alcanzado por los 5 países escandinavos para mi es lo más acabado que ha existido hasta ahora sobre la Tierra. Pero, ojo, no es ni “capitalismo salvaje”, ni comunismo. Es un sistema capitalista con un Estado fuerte y grande con una agenda social enorme (gracias a los elevadísimos impuestos que recauda de los propios capitalistas), que sin renunciar al libre mercado y basado en la pluralidad de partidos políticos y el juego democrático –como propugnaba su fundador Ferdinando Lasalle y por eso Marx lo llegó a odiar–, ha echado raíces en Escandinavia desde la II Guerra Mundial.
    Por otra parte, mientras más años acumulo en mi vida, menos entiendo ciertas posiciones inamovibles de los militantes latinoamericanos de la «izquierda dura» (sea castrista, guevarista, chavista, maoísta, o cualquiera otra). La explicación que le doy a ello es que, sin saberlo, son prisioneros de proyectos sociales paridisíacos, idílicos, en fin, utopías que aunque ya se sabe son inviables muchos continúan soñando con ellas.
    Eso es normal cuando no se tienen evidencias de cómo se comporta el proyecto teórico soñado al ser llevado a la práctica. Durante milenios los seres humanos de buena voluntad han soñado con una sociedad perfecta. ¿Pero es esa sociedad perfecta el socialismo?
    En América Latina yo me explicaría esta ingenuidad “onírica” si no hubiese punto de referencia alguna y se pudiese pensar que el fracaso del socialismo real ocurrió en Europa y en Asia debido a «errores» y «desviaciones» del estatismo socialista. Es decir, me lo explicaría si Latinoamérica fuera una doncella lista para recibir virginalmente el proyecto socioeconómico inventado por Marx hace 170 años.

    Pero Latinoamerica no es virgen. Ahí está la Cuba socialista soltando los pedazos totalmente en ruinas, con un régimen corrupto hasta la medulla, y tan represor o más que cualquier gobierno fascista, y que únicamente sobrevive por los subsidios (más de $6,000 millones anuales) que les concede Hugo Chávez.
    En Cuba tampoco hubo ningún “error” o “desviación” de la doctrina marxista-leninista. Ocurrió lo mismo que en Europa y Asia (China y Vietnam están desmontando el socialismo): la constatación de que el socialismo no sólo es inviable, sino inhumano, pues durante el siglo XX costó la vida, por hambre o ejecutados, a unos 100 millones de terrícolas. Tanta sangre no se la imaginaron los utopistas antecesores de Marx y Lenin, como Moro,Campanella, Fourier, Saint Simon, Owen, etc.

    De manera que en Latinoamérica el himen ideológico socialista pasó a mejor vida a fines de 1960, al iniciarse el proceso de nacionalizaciones en Cuba e instaurarse la “dictadura del proletariado” y el partido único poseedor de la verdad absoluta, que Marx juraba no existe.
    Y ya sabemos los resultados. Repito que mientras Muzam o mi amigo Gabriel pueden escribir libremente lo que piensan en Chile y en USA, nadie puede hacer lo miso en Cuba. Yo, que aquí en USA al fin escribo lo que pienso, no puedo ir a mi país natal ni siquiera de visita.
    ¿Encontrar algo positivo al castrismo? Lo único en 51 años fue la Campaña de Alfabetización en 1961 y las represas en los ríos, pero para ello no hacía falta un régimen comunista. Además ¿es coherente destacar algo positivo en medio del cataclismo provocado por la tiranía castrista?. ¿Qué de positivo puede encontrarle un judío al nazifascismo, o un cambodiano a Pol Pot? Algo deben haber tenido, pero ¿vale la pena?
    Por eso, como Cuba es un punto de referencia tan a la mano, me resulta muy difícil entender cómo tantos intelectuales y latinoamericanos en general no se percatan del fracaso del experimento socialista.
    Con todo respeto, pienso que aunque estén saturados de propaganda castrista y verdades a medias que reciban de la isla y de los corresponsales medio censurados en La Habana, los latinoamericanos y los europeos deberían dar un poco más de credibilidad al hecho demoledor de que el 99.9% de los cubanos que abandonan definitivamente a Cuba (ya sumamos casi dos millones) son unánimes y categóricos en calificar de INFIERNO al “paraíso socialista” cubano. Eso es triste. Amamos mucho a nuestra entrañable y bella isla caribeña y todos quisiéramos verla libre otra vez. A los cubanos nos duele Cuba.
    Nos sentimos solos, muy solos, tanto como los 16 millones de kurdos, que viven en pedazos de Turquía, Iraq, Siria, e Irán, sin tener un territorio propio independiente y sin que nadie se acuerde de ellos. Desgraciadamente, ni a Latinoamérica, ni a Europa, ni a la comunidad mundial les interesa lo que ocurre en Cuba, y si se interesan es para congraciarse con la dictadura de los Castro, la de más larga duración en toda la historia.
    Finalmente insisto en compararr al Chile capitalista con la Cuba socialista, ya que como demostró Marx, sin economía no hay ideas, política, Estado, justicia social, religión, ciencias, educación, filosofía, ni…nada.
    En 1958, cuando no había sido aún “liberada”, Cuba tuvo un PIB total de $2,360 millones y Chile, $2,580 millones. El ingreso per cápita fue ese año de $360 y $356 dólares respectivamente.
    Medio siglo después, en 2009, la Cuba socialista tuvo un PIB de $19,000 millones, y el Chile capitalista, $244,000 millones. El ingreso per capita el mismo año fue de $1,696 dólares en Cuba (y gracias a los subsidios venezolanos), pero el de Chile fue de $14,400 dólares.
    Y aquí lo dejo.

    Roberto

  12. Concuerdo con usted estimado Julio en que el campesinado ha sido, es y seguirá siendo quien sabe por cuanto tiempo más, uno de los grupos sociales más conservadores y con mayor potencialidad reaccionaria. Hay sustratos culturales en la población que cambian muy lentamente, y los campesinos, por las peculiaridades que enmarcan su vida y sus relaciones, suelen ser los últimos en subirse al vagón de los cambios históricos. Los ejemplos son múltiples pero no viene al caso exponerlo en este momento. Tuve la fortuna de no provenir de una familia apatronada, sino de campesinos libres, y que se mantuvieron indeleblemente libres durante varias generaciones, al margen de las relaciones del latifundio. Uno escribe desde la posición que le tocó en la vida y aunque intente renegar de eso, tal subjetivismo nos acompaña porfiadamente en nuestras reflexiones y les incorpora sutiles ingredientes revanchistas y torceduras argumentales intencionales o inconscientes que generan pies forzados puestos en perspectiva. Soy consciente de ello, sé que mis posturas pueden ser y seguirán siendo controversiales, provocadoras y corrosivas a mi pesar. Me han dicho insistentemente que le falté el respeto al pueblo cubano. No lo estimo así, pues existen muchas percepciones contrastantes que arrancan desde el mismo pueblo cubano, y muchas de ellas no están lejanas de mi subjetiva disquisición. Hablo desde mi propio furor sureño y seguiré utilizando los contraposiciones que sean necesarias para resaltar mis propios males. Sé que el paraíso terrenal no está allá ni acá, sino siempre un poco más lejos que nuestros deseos. Respecto a la elucubración sobre mi soterrada adherencia política, no puedo aportar demasiado. Explícita y conscientemente no adhiero enteramente a ninguna postura o gobierno pasado o presente, aunque intento mantener la suficiente lucidez para extraer lo mejor de cada caso. Soy políticamente autónomo, crítico, ceñudo y con mi pluma al acecho. Siento, por lo demás, un respeto ascendente por la calidad de las argumentaciones, por la asertividad de Manuel, la humanidad de Gabriel, la pertinencia de Julio y la sopesada fineza de Gladys. Estimo que más temprano que tarde estaremos discutiendo en torno a matices muy finos, pues al fin y al cabo todos queremos y buscamos lo mismo. La libertad y el respeto por el ser humano.

  13. La polémica se pone intensa. Parece que el derecho a la palabra se ha encontrado aquí, en ella, con cuestionamientos difíciles de rebatir. Recuerdo una oportunidad, en Venezuela, en la que yo estaba de visita en casa de unos profesores de la ULA y la señora me sale con que ella «amaba a Fidel y a la Revolución», después de habernos invitado a una opípara cena que en mi casa en Cuba nunca tuve después de 1959. Mi hijo mayor se levantó de su silla -tenía 16 años- y se fue sin decir ni media palabra, por respeto al hecho de que habíamos sido gentilmente invitados a aquella casa.Yo quedé un poco atónita, pues estos señores conocían que mi esposo y yo salimos de Cuba huyendo de lo que para nosotros se había convertido en un infierno. Le respondí a la señora, tratando de no exaltarme, que yo no creía que fuese saludable vincular los sentimientos hacia una persona con las ideas políticas y con la visión sobre la situación política y social en cualquier lugar y época, pues tales situaciones desbordan siempre la impronta que los líderes pueden dejar en sus pueblos. Aunque, por otra parte, hay individuos que se convierten en suma y compendio de una época. En el caso de Castro, le dije, como en el de otros líderes, siempre resulta difícil, sino imposible, separar los sentimientos de las preferencias políticas. Esto, añadí, se logra casi siempre cuando uno, como persona, no ha tenido que padecer directamente las consecuencias de las decisiones del líder. Cuando falta esta experiencia, es posible la indiferencia o incluso, el amor. A estas alturas de mi discurso los anfitriones me seguían con expresión interrogante y perpleja.En algunos casos patológicos, les añadí, hay individuos capaces de amar a los tiranos viviendo bajo su férula, lo que quizás sea muestra de esa clase de perversión clasificada por los psiquiatras de masoquismo. También le comenté a nuestros anfitriones que la práctica de la kalokagathía y la política no eran compatibles, por lo que yo, personalmente, prefería dejarme llevar por mis sentimientos de rechazo hacia el señor Castro-pues el simple odio nos deja ciegos, como también con frecuencia ocurre en esa clase de amor visceral que ciertos líderes despiertan en las sublimaciones del inconciente colectivo, de las que muchas personas ilustradas tampoco pueden desembarazarse. He sabido que en estos momentos en que en Venezuela Chávez destruye cuidadosa y pacientemente toda la estructura económica del país, los otrora anfitriones procastristas se hallan participando activamente en los bandos de la oposición.
    Quizás la bucólica imagen de los niños uniformaditos; los ancianos fumando sus pipas mientras rumian sus recuerdos y la saludable apariencia de los cubanos, entre quienes ya no hay obesos, haya resultado sobremanera atractiva a cualquier visitante venido del mundo, sin ninguna duda, corrupto, de algún otro país de América Latina, en cualquiera de los cuales el paisaje político y social es muy similar. Lo más probable es que algo parecido sería hoy el paisaje sociopolítico de Cuba, de no haberse producido la Revolución. Los contrastes siempre pueden resultar atractivos y pueden producir desconcierto y desorientación, admitámoslo. Pero no hay mirada inquisitiva que pueda penetrar siempre en el secreto de uno de los más asombrosos logros de la Revolución, el cual ha ha consistido en la construcción de todo un andamiaje o superestructura de una perfección cuasimatemática (logro parangonable a la aspiración de muchos físicos que sueñan con lograr convertir en estructuras estables la fugaz existencia de ciertas partículas subatómicas) donde los mismos vicios ya existentes en el resto de latinoamérica parecen habitar en otra dimensión del tiempo y del espacio, inaccesibles a los periódicos y noticias y también, por supuesto, al observador imparcial-drogas, corrupción política con peleles y todo, prostitución de cualquier individuo también a los más altos niveles por la obtención de cualquier beneficio, asesinato habitual no tan frecuente a la vuelta de la esquina, como sí en la forma lenta de una segura muerte gradual de toda la población por inanición en períodos nunca predecibles y alternantes con impredecibles etapas de cierta bonanza, al menos en lo que se refiere al congrí y los plátanos fritos, que muchos prefieren alternar por una muerte probable en el estrecho de la Florida (esto último tiene la ventaja de que abre la posibilidad de llegar a vivir como ciudadano de un país donde si se trabaja, se come, sin descontar la fútil-posibilidad-de-acceder-con-dinero-propio-obtenido-con- trabajo-honesto a esos mercados del capitalismo que, desde luego, no son lo esencial para la existencia auténtica, pero que forman parte de las opciones a las que tiene derecho todo hombre o mujer libre). También se debe considerar la diferencia existente entre la posibilidad y la libertad de opinar y su prohibición. Ciertamente, cuando viví en Venezuela pude comprobar algo que parece muy similar a lo que ocurre en Chile. Antes del gobierno de Chávez, todo el mundo opinaba y discutía desde diferentes posiciones políticas. Participé en algunas de estas discusiones, donde casi siempre se escuchaba la opinión diferente aún cuando no fuera compartida. El gobierno, en efecto, parecía no tomar en cuanta las opiniones de la gente y actuaba como un ente autónomo, con sus corrupciones y todo lo demás. Muchos venezolanos votaron en la primera oportunidad de elecciones por un cambio; el cambio parecía estar representado por las propuestas de Chávez. Hoy, todos aquellos a los que conocí votando en esa oportunidad están arrepentidos de haberlo hecho. ¿Quién entiernde a la humanidad?En fin. Creo que hay una distancia no debidamente calibrada entre la libertad de opinar aún cuando el gobierno hace oídos sordos, y la persecusión de quienes opinan de modo diferente al aceptable oficialmente. En el primer caso, no pasa nada; en el segundo se puede ser exterminado. Prefiero la primera opción. Lo de que el diálogo entre cubanos sigue siendo un diálogo de sordos, bueno, creo que es una afirmación quizás algo exagerada. Los cubanos dialogamos a gritos, y eso quizás puede ser malentendido. No quiero terminar sin dejar de expresar mi apoyo al último párrafo del artículo del Sr. Muzam: ninguno de los dos sistemas es satisfactorio. Pero prefiero seguir la máxima de Leibniz: de los dos males, el menor.

  14. Mire Jorge. Yo concuerdo con usted en cosas que tienen que ver con el neoliberalismo y su crueldad, su espejismo de desarrollo basado en la ley del más fuerte. Yo reconozco que el mundo está disparejo y que no podemos renunciar a cambiarlo para bien de todos y con justicia social. Ahora, sé que es muy joven para decir que se formó en la escuela marxista y también leí su texto original basado no en la rabia ni el interés de orquestar una campaña. Ahora bien. Hay puntos en su último texto que merecen mi atención. Menciona su infancia en una zona agrícola. ¿Sabía usted que en Cuba se nacionalizó la tierra para “bien del pueblo” y se crearon las granjas estatales y las cooperativas forzadas, dejando solo el 30% de la tierra en manos del estado. Hace cincuenta años, Cuba producía entre el 70 al 80 porciento de sus alimentos. Ahora solo el 20 al treinta por ciento. Hay en estos momentos el doble de la tierra ociosa que hace esa misma época. ¿Sabe por qué? Ineficiencia lo llama Raúl Castro, uno de los artífices de ese desastre, cincuenta años después. ¿Sabía usted que miles de campesinos fueron fusilados, encarcelados y deportados a otros sitios del país para llevar a cabo esas ideas o por oponerse a ellas? ¿Sabía que la producción azucarera de Cuba hizo afirmar a España que era “ La Joya de la Corona española” y hoy Cuba produce menos que en los principios del siglo XX, luego que el mago de la destrucción: Fidel Castro, ordenó su desmantelamiento? Menciona usted que ha perdido su trabajo por disentir, digo varias veces. ¿Es o sigue siendo maestro? ¿Periodista? A mí me sobró una vez para no conseguir más nunca trabajo, para ir a la cárcel y para ser humillado públicamente lo que causó la demencia de mi madre Para mí, su insistencia en argumentos que no contestan los que antes señalamos tiene razones ocultas, consciente o inconscientemente. A pesar de gozar de la libertad de prensa, limitada, es cierto pero libertad al fin, pienso que es tal vez simpatizante del chavismo. Primera hipótesis o del sistema cubano. Segunda hipótesis interrelacionada con la anterior. Tal vez sea usted un anarquista que protesta por los abusos y que a falta de ideología se vuelve a esa actitud como siempre pasa que hay un vacío ideológico o finalmente tal vez sea y recordando a mis maestros de filosofía, lo que Lenin y sugirió Marx, un representante del campesinado. Según el creador de la Revolución de Octube, usted viene no de un mundo ideal, adonde se es libre. No, señor. Usted proviene de la clase más reaccionaria, más conservadora. Aquella que está contra el progreso y a diferencia de la péqueña burguesía que se mueve entre lo burgués y lo proletario, el campesino se alía con lo más conservador. Eso no lo digo yo, sino Lenin. Saludos. Julio Benítez

  15. La desigualdad brutal en el financiamiento de las campañas electorales, la concentración de casi el 100% de los medios de comunicación chilenos en manos de dos directorios ultraderechistas y católicos integristas, no dejaron mucho espacio de discernimiento a una población ya suficientemente manipulada, para elegir libre, democrática e informadamente a su nuevo mandatario y a un parlamento representativo. Las antigua y pequeña oligarquía que ha gobernado a Chile desde su independencia sólo se ha travestido de colores democráticos para seguir gobernando en pos de la perpetuación de sus intereses. Parece una reflexión gruesa, pero por el camino analítico que se transite, siempre se llega a ese brochazo. Allende fue apenas una excentricidad, un error de cálculo empujado por los vientos socializantes de los sesenta, pero no alcanzó a cambiar en ninguna medida relevante la estructura social y económica que arrastraba el país. Respecto a Piñera, hay un sinnúmero de sutilezas en su trayectoria económica y política que me hacen desconfiar profundamente de él. Por el bien de Chile, espero estar equivocado y que realmente se haya enmendado.
    Respecto al capitalismo o neoliberalismo democrático como les gusta eufemizarlo a nuestros doctorados de Chicago y Harvard que tomarán las riendas en pocos días, sabemos que es un sistema ideológico absolutamente impuesto, artificial, y que cuando no se puede implementar a fondo por las armas, como se hizo en Chile, se hace mediante la manipulación y la mentira. Alguien dijo acertadamente en esta misma discusión que cuando no era un derecho irrenunciable,como en Cuba,era una abierta extorsión, como sucede en Chile. Podrás trabajar en cuanto no te salgas del sendero de la sumisión que te ha predispuesto el Big Brother ideológico que te emplea. He sufrido en carne propia la expulsión de numerosos trabajos por mi decisión de opinar libremente sobre lo que me parece incorrecto, injusto o absurdo. Sobre mi matiz del buen salvaje, no es más que un deseo cándido por volver a mi infancia campesina en San Fabián de Alico, en la frontera con Argentina, donde a mi hogar no llegaba el Estado ni sus ideas de progreso. No lo necesitábamos ni hacíamos nada como para él llegara hasta donde nosotros, y nuestra forma de subsistencia era la interacción económica a pequeña escala con otras personas tan simples como nosotros. Tomábamos lo que necesitábamos, sin la codicia de querer tener más para superponernos a los otros, y nunca nos faltó nada, hasta que llegó Pinochet y sus chicago boys a intervenir y desmantelar cada rincón de Chile. Fue el comienzo de nuestra miseria.

  16. Hay un detalle señor Muzan que usted menciona. La posible llegada de Berlusconi o Piñeras salidas de Miami. ¿Sabía usted que la historia de CUba tiene mucho que ver con el exilio en Los Estados Unidos, mayormente? ¿Conoce que Martí organizó la guerra contra España desde Nueva York y con el apoyo de los hombres cubanos de la Florida y que aquí en mi país de adopción se organizó el Partido Revolucionario Cubano? «Con Todos y para el bien de todos» sin exclusiones de cubanos. Berlusconi y Piñera fueron elegidos en buena lid por su pueblo. Yo no sé cómo va ser este último y no soy fanático del capitalismo brutal. Pero al menos ellos compitieron con otros que eran de diversa ideología y programas y no escogidos por un partido único con candidatos únicos para dirigir un país con exclusión de sus disidentes lo que constituye una violación de nuestra tradición histórica fundacional. El progreso no es una panacea. Tiene sus puntos negativos pero hoy la humanidad vive mucho mejor que siglos atrás. Y eso, gracias a la democracia y los derechos humanos. Respeto su fantasía. El hombre libre en sí mismo, llevando consigo las prendas que le dio el señor. Bueno, si se puede citar. Así que la anarquía de los primitivos se vuelva ley del desorden. Prefiero los males del capitalismo al la esclavitud real del Big Brother.

  17. Al leer el comentario inicial de Muzam, malinterpreté lo que él cita como mundo idílico de una Cuba y que el mismo gobierno de aquel país a través de su diario oficial de partido único señala como problema en varios de sus artículos. En Cuba sí hay drogas. Hay una comisión nacional para ella como en muchos otros países. EL propio Raúl Castro ha indicado los niveles de desigualdad y pobreza existentes en el país. Claro, con el toque típico de un político en el poder que asoma su crítica pero no llega al fondo de ella. ¿Sabes por qué no miro películas cubanas con más frecuencia? Son demasiado pesimistas. ¿Cuántas has visto? Digo de los últimos diez y veinte años. Por otro lado, El racionamiento todavía existe. Eso no es cuestión de ir allá o no. Y no alcanza para siete días de calorías reales. En mi primera reacción creí que debía lanzarle improperios al osado. Esa no es la forma correcta de enfrentar una polémica. Cuba es un infierno, un paraíso o un punto intermedio entre lo que cada cual defienda. Desafortunadamente hay mucho que tener en cuenta a la hora de valorar la realidad cubana. Yo viví 35 años de mi vida y estudié gratis en dos universidades. ¿Le place? Y fui al médico cuando quise. ¿Le gusta? Ahora, esos son logros. ¿Está bien? Pero sabe usted que Uruguay y su país tienen estadísticas similares, algunas veces más bajas y otras más altas. Digo, si cree en las organizaciones que alaban a Cuba. ¿Y por qué no a su país o Costa Rica o a Uruguay? Entonces, me digo si los logros de mi país de origen multiplicaron las universidades y las escuelas por qué ahora retroceden con un veinte a treinta por ciento de maestros con sólo un diploma de preuniversitario, “bachillerato hispano”. Entonces me pregunto si los logros no han ocurrido en toda Latinoamérica adonde las cifras de analfabetismo han ido decreciendo y el ingreso per-cápita ha ido creciendo, según las estadísticas. Mi país a cambio , salvo esos “logros” que incluyen un 30% de sus médicos trabajando fuera de Cuba y adonde ya no existe el médico de familia el tiempo parece ir en reversa. A mí me agrada que este debate se mueva fuera de los estrictamente cubanos. Eso es democracia. Es algo que no tuve tiempo de aprender en mi país. Todavía no se han ido nuestros Pinochets. No quise meterme en detalles de la libertad ni su teoría del buen salvaje, déjelo que es más feliz, como el esclavo antes. Gabriel. Con todo respeto. Sé que buscas la variedad y me alegro. Pero el hecho de que uno exprese algunas descualificaciones pasionales para el contrario no significa que los hechos detrás de los debates nos eliminen por demasiado obtusos en tema tan complejo como Cuba. Sobre el infierno que personalmente experimenté, como testigo, lo dejo para otro momento. Espero que la discusión siga pero sin ofensas. El simpático que ahí aparece como anónimo. No sé pero suena estilísticamente parecido a alguien que conozco. ¡Qué jodedor decimos los cubanos! EL humor hace falta. Y si eso quieres amigo. Ahí lo lograste. Sólo espero que no seas un chivatico jaranero. Sigamos. Que la verdad se abre paso.

  18. ¡Qué bueno, Gabriel, al fin te abriste!, me gusta más la transparencia. Has tenido mucho tiempo para decir estas palabras, y es ahora cuando lo vienes a hacer—bienvenido—, inspirado por Jorge Muzam, a quien también le deseo lo mejor.
    Empiezo por decirte que aquí no hay campaña, nadie ha montado ninguna campaña. Simplemente que somos cubanos jajajaja, y en estos temas casi siempre coincidimos. Pero eso sí: nos leemos lo que estimamos que debemos leer. ¡Pero qué bueno que ya no puedas callar! ¡Qué bien, porque escribir como hablar es un ejercicio democrático y hace bien al corazón!
    Te tengo aprecio y respeto, y tú lo sabes. Pero me parece que no acabas de comprender a fondo nuestra realidad, amigo. Yo, y muchos como yo, no podemos dejar de decir lo que hemos vivido y sufrido, porque ese es el derecho que nos asiste como seres humanos, y porque realmente lo hemos vivido. Y porque —sin mucho rodeo intelectual (debido a que hay cosas en la vida que no pueden valorarse con ideas complejas y distanciadas de la realidad concreta)— Castro, su hermano y sus acólitos han sido unos asesinos que han engañado a todo un pueblo, y a toda una opinión pública de izquierda, a la cual han usado para mantenerse en el poder. Nuestra realidad merece a fondo una comprensión mayor, y no un simple análisis de una peliculilla. Ni mucho “menos que la dictadura castrista es menos inmunda que la corruptela con apariencia democrática que inunda a países como Chile”.
    Es como decirles a los judíos que se salvaron del Holocausto, que en definitiva el régimen nazi tuvo algunas cosas buenas; y que también puede ser “menos inmundo bla, bla, bla …”. Y mira, esto también se lo digo a Muzam. En lo que a mí respecta puedo coincidir con él y contigo en muchas cosas que no me gustan ni acepto del capitalismo, pero no lo veo como un problema del sistema en sí, sino del hombre mismo que se va por los senderos más escabrosos que también tiene este sistema, que te guste o no es, en su esencia, connatural en el ser humano. Lo que hay que luchar por hacer un capitalismo más sensible, no queda otra.
    Yo también critico los males del capitalismo y los combato en lo que puedo. Incluso, uno de mis planteamientos siempre ha sido que la culpa de estos engendros fascistas y comunistas, de dictaduras de derecha y de izquierda, la tiene el salvajismo capitalista que es el que los procrea. Pero al menos, el capitalismo —el bueno— cuenta en su esencia también con una democracia que tú y Muzam disfrutan (esto también te va a parecer manido por repetido, pero no te queda otra, tienes que aceptar esta verdad porque es vital), y cuando esa democracia o libertad se empaña (y que muchas veces pasa) es entonces que le encontramos las comillas de dudas a esa democracia y libertad; pero lo que importa es que aquí podemos luchar por quitar esas comillas; de muchas manera podemos hacerlo como, por ejemplo, lo haces tú a través de HispanicLA y Muzam escribiendo y publicando sus cosas. En Cuba… ¡ay mi madre, ni se te ocurra escribir! Pregúntale a Yoani Sánchez, a los 75 periodistas y poetas presos durante la Primavera Negra, o a los periodistas, bibliotecarios y presos de conciencia y verás cómo es esa realidad.
    Eso que dices de que “una respuesta frecuente a las alabanzas —cualquier alabanza, en absolutamente cualquier tema— a los logros de la Revolución cubana, es ‘usted no ha estado allí, o, más comúnmente ‘vete ahora allí para ver a *#@@((**Castro’, etc.”. No es ningún argumento sólido de tu parte, sino un recurso para evitar la falta de criterio al respecto. Pero te voy a responder a esto también —y lo hago con el ánimo de aclararte y no de “atacarte”, y es que ese argumento nuestro de “usted no ha estado allí” y el de “vete ahora allí para ver…” resulta ser una verdad como una catedral, porque no es lo mismo ver lo que sucede en un país como el nuestro desde afuera, incluso desde la perspectiva de otro sistema de valores (que pueden ser respetables, como es tu caso) que por personas que pueden ser cubanas, argentinas, chilenas mismas que han pasado por situaciones incruentas de dictaduras que han hecho padecer a millones de gentes, que sí son ciertas y laceran hasta los huesos.
    El problema es, amigo mío, que si el gobierno de los Castro ha tenido algún logro, eso ya no merita ni un ápice de reconocimiento, porque con tantos desmanes que han tenido durante 51 años y un poco más eso desaparece. De los supuestos logros podríamos hablar en otra ocasión, porque aquí no hay espacio para ello, y, porque, como dices tú, los comentarios largos no se leen (desafortunadamente para mí, éste es un poco más largo que el tuyo).
    Y para terminar, me gustaría avisarte, ya que lo pides, que no veo por qué cerrar la polémica. Que haya comenzado un poco álgida, no es nada malo; incluso puede llegar a ser no sólo fructífera en cuanto al criterio, sino también saludable para el alma y el cuerpo mismo. No hay vulgaridades ni ofensas que no sean las de las ideas y las verdades. Así que por mí, podemos seguir discutiendo, o si prefieres, conversando (en HispanicLA o en lo personal). Y por encima de todo, a ti y a Muzam les doy mi abrazo fuerte, de anticastrista jajaja, y asimismo, siempre, les tiendo mi mano franca de martiano.

    Manuel 

  19. Contrariamente a lo que manifiesta el señor Salomón, no percibo en mi escrito una adherencia explícita al régimen castrista ni a ningún tipo de régimen dictatorial. Es probable que existan cosas muy íntimas del pueblo cubano, formas de ser, de relacionarse, de sobrevivir que desconozco, pero no soy ingenuo al respecto. Conozco el prontuario castrista al dedillo, conozco los atropellos a los derechos humanos que se han efectuado desde hace 50 años, conozco a sus intelectuales antiguos y nuevos, a los que están dentro y fuera de la isla, conozco a muchos inmigrantes que han llegado a Chile y han llegado a ser mis vecinos, amigos y confidentes y he estado atento a la multiplicidad de opiniones que manifiestan. No hay una voz, hay muchas voces matizadas, disímiles, contrastantes sobre la realidad cubana. Es cierto que el artículo en cuestión fue gatillado por las imágenes de una película cubana no anticastrista y que quizás cometí el error de contraponer mi idea sobre la realidad cubana actual para generar un contraste marcado con mi propia realidad política y social. No adhiero a dictaduras ni a sistemas ideológicos coercitivos, adhiero a la libertad del ser humano a decidir su propio destino. Mi escrito no es un ensayo histórico ni filosófico ni extrictamente literario, aunque tiene algo de todo eso. Mi escrito obedece a un cándido deseo personal, quizás rousseoniano, de sacudirnos de tanta manipulación ideológica que nos tiene desde la cuna bien agarrados del cuello. La tranquilidad de cualquier aldea es inmediatamente desmantelada con la imposición de cualquiera de los dos sistemas. Crecí durante la dictadura de Pinochet y hasta los 18 años me pareció hasta normal vivir así. No conocía la democracia sino a través de las voces susurradas de mis abuelos. Luego, poco a poco, fui entendiendo el drama de vivir en dictadura, fui conociendo sus atropellos y sus asesinatos y fui conociendo el miedo permanente que dejaron en el alma de los ciudadanos. Comprendí que gracias a la implementación de ese terror paralizante pudieron posteriormente implantar un sistema económico desquiciado e inhumano que es el que existe hasta hoy. Extrañamente, la izquierda chilena siempre opuso a la bestialidad pinochetista la inmaculada imagen de los Castro, y es algo de lo que aún no reniegan. Agradezco el conjunto de comentarios que se han generado a partir de mi escrito, sean estos virulentos o amables, equivocados o certeros, pues cada expresión libre es una contribución valiosa a la gran comprensión de nuestras realidades y de nuestro tiempo.

  20. Evidentemente el señor Muzam no sabe nada de Cuba, ni los cubanos, ni sabe nada de dictaduras totalitarias, ni de las características de estas.
    ¿Cómo es posible que a partir de una película, producida por el propio régimen, se vaya a sacar conclusiones tan superficiales de la realidad cubana? Y por este motivo además, criticar la posición de los cubanos al desear un cambio.
    ¿Cómo poder enjuiciar la causa del exilio cubano de tantos años, a partir de simples muestras en una pantalla?
    Me cuestiono su profesionalismo señor.
    Déjeme decirle que es posible que pueda recibir elogios del propio Caudillo Mayor, el Dictador de los pesos completos Fidel Castro, del cual no sé si Ud sabe es el recordista mundial de los dictadores de todos los tiempos.
    Mire señor, para ver la realidad de Cuba hay que vivir en Cuba. Ni siquiera, visitándola como turista.
    Es penoso custionarse el pensamiento de los cubanos por muestras fabricadas por el régimer, las cuales exporta para tergiversar la realidad y apuntalarse por más tiempo en el poder. Su artículo es una ofensa a los cubanos.
    Ponerme a enumerar lo que no vió en esa película, ni lo que dejó de leer en los libros de autores que menciona, sería escribir sin parar por mucho tiempo. Por otra parte, el hecho de ofender al pueblo cubano, no me permite dedicar un minuto a explicarle nada.

  21. Me encanta que lluevan así los comentarios. En serio, como editor de HLA me hace feliz. Es más frecuente cuando se habla de Cuba. Los lectores y autores de HispanicLA que son de allí pero viven aquí tienen opiniones muy seguras, escriben de manera detalladísima y apasionada sobre lo que han vivido, basándose no solamente en números como mi amigo Quiñones sino también en la vivencia del sufrimiento de la dictadura.
    Pero concuerdo con Muzam en que no lo han leído. Es más, han leído lo que buscaban leer y de allí montaron toda una campaña, y a eso no puedo callar.
    Una respuesta frecuente a las alabanzas — cualquier alabanza, en absolutamente cualquier tema — a los logros de la Revolución cubana, es «usted no ha estado allí», o, más comunmente «vete ahora allí para ver a tu *#@@((** Castro», etc.
    Todavía espero de mis entrañables y admirados amigos y compañeros cubanos de aquí que alaben algo de allí. Percibo que el sentimiento los embarga y les es difícil — y lo comprendo perfectamente — alejarse y tratar de adoptar una visión diferente. Hasta me parece que en consecuencia, repiten maneras de pensar, o modos de razonamiento, similares a los que tanto condenan.

    Lo siento, pero no «estar» alli no es suficiente alegato. Si lo que buscan es «ganar» una discusión anulando de esa manera los pareceres de otros, cerremos el libro de Cuba y dejemos que discutan solamente los cubanos. Por ahora, ese, entre cubanos, sería un diálogo de sordos. Y en Cuba, no existe porque sería hoy reprimido.

    Pero Cuba es un fenómeno internacional, histórico, y Muzam o yo podemos opinar, criticar, alabar, sin que se nos ataque por ser pensadores o por no haber vivido en Cuba.

    Especialmente digo esto porque por todo lo que he leido de Muzam y lo que aquí y en Palabra Abierta ha publicado, es todo un señor demócrata, un hombre sensible al sufrimiento de la gente esté donde esté, nada dogmático, admirador de la creación y el pensamiento cubanos, como yo. Y, sospecho que también como yo, odia las etiquetas. Y su artículo no es ‘contra los cubanos’. Así que ojalá no se desnaturalice el sentido del debate. Quizás me esté equivocando al respecto; avísenme.

  22. Amigo Jorge Muzam, hoy he tenido tiempo de leer detenidamente tu artículo en contra de los cubanos. Me hubiera gustado poder haber dicho “sobre” los cubanos. Pero realmente tus palabras no dejan otra opción que la de sentir el malestar desagradable de un ataque. Y te lo digo así porque no siento que hay un sentido de análisis en tus palabras, sino una serie de criterios superficiales en relación con la realidad que vive el pueblo de Cuba.
    Todavía no entiendo cómo una persona como tú, historiador y escritor, y de quien he leído dos o tres cosas literarias bien escritas, haya sacado tales conclusiones dejándose llevar por una película “X”, que no mencionas ni siquiera su título (el filme pudiera ser oficialista o no, pero en realidad eso no es lo que importa), y decir todo lo que dices en estos momentos en que la represión incluso se ha recrudecido.
    Por otra parte, imagino los momentos terribles y el miedo físico que tiene que haber ahora en Chile debido a los temblores de las réplicas. Es verdad que están en consternación e incertidumbre, y las posibilidades de un futuro son inciertas. Pero así y todo, ten la completa seguridad de que el infierno en fuego lento que hemos vivido nosotros desde hace 51 años y un poco más de dictadura ha sido y sigue siendo devastador. Porque ha venido acabando no sólo con las cosas materiales mínimas, que no hay y sí hacen falta, sino con el alma del cubano, con sus aspiraciones a vivir la vida humilde de un ser humano decente.
    Supongo que sabes que un disidente, un preso de conciencia, llamado Orlando Zapata Tamayo murió recientemente en huelga de hambre, y que lo dejaron morir (ya son 12 presos de conciencia que mueren por huelgas de hambre en las prisiones de la isla); y que ahora, en estos mismos momentos hay otro disidente cumpliendo una nueva huelga hasta las últimas consecuencias, Guillermo Fariñas Hernández.
    Ya veo que no conoces lo que ha pasado en Cuba. Tendría que hacerte un recuento extremadamente largo. Pero esto es bien sabido ya por muchísimos intelectuales y organismos internacionales, y naturalmente por millones de personas. No obstante, puedes buscar por Google cualquier página que hable de los crímenes de Castro; hay muchísima información por Internet sobre nuestra hecatombe. También puedes ir a las bibliotecas y de seguro encontrarás fajos de documentación, libros y libros sobre Cuba (¡ah!, pero ojo, que no sea oficialista, del gobierno cubano, sino de organizaciones internacionales como Human Rights Watch, Amnistía Internacional, entre muchas, o de escritores reconocidos, como el mismo Reynaldo Arenas y Guillermo Cabrera Infante, o si no te recomiendo a Mario Vargas Llosa, Plinio Apuleyo Mendoza, Carlos Alberto Montaner; George Orwell, profético, es muy ilustrativo de lo que ha sido Cuba; los poetas Raúl Rivero, Manuel Díaz Martínez y, claro, el famoso caso de Heberto Padilla, y así sucesivamente podría seguir hasta el cansancio).
    En efecto, podrás hacer una buena y documentada investigación sobre los crímenes que ha cometido el régimen con miles de muertos y desaparecidos, y podrás discrepar asimismo con respetables razones de tu parte que te pueden asistir; pero siempre vas a tener una información enorme que te va a dejar, al menos, un consenso de que el régimen cubano no es —ni por asomo— el menos malo de los sistemas posibles.
    Nunca jamás podré aceptar que el sistema castrista sea menos malo que cualquier otro, y simplemente porque lo viví durante 35 años, y sé lo que es el hambre, la miseria, las delaciones, la vigilancia constante, las presiones políticas y el miedo impuesto a todos y cada uno de los habitantes de la isla; sé lo que es el abuso de poder y la corrupción porque la vi y la sufrí. Sé lo que es la censura de la palabra y la escritura (fui investigador literario en el Centro de Investigaciones Literarias de la Casa de las Américas); conocí y vi cómo espiaban a los intelectuales y escritores que iban a Cuba; cómo manipulaban las obras presentadas al Premio Literario de esa institución. ¿O es que no sabes que cada escritor, diplomático, funcionario importante extranjero que visita la isla es no sólo vigilado, sino filmado y grabado y convenientemente usado cuando el régimen lo necesita? ¿Has oído hablar de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), que día por día acechan tu casa para saber quién entra y quién sale; para comprometerte y hacerte cumplir las tareas que la Revolución te asigna como vecino? ¿Sabes lo que es querer salir del país y no poder porque no te permiten viajar? ¿Sabes lo que es lograr, ¡al fin!, poder salir del país para irte a vivir a otro, porque simplemente lo decidiste así, y que entonces pierdas todos tus derechos como cubano, pierdas la casa que dejaste, el auto si lo tenías, tu jubilación si la tenías o la ibas a tener, tus cuentas de ahorro y de cheques si las tenías, tu expediente laborar, todo, todo, todo, y si en un futuro quieres regresar a ver a tus familiares, tengas que pagar por una visa de entrada y un pasaporte? ¿No sabes que si logras un contrato de trabajo en el extranjero, y la dictadura te deja ir a ese país, porque, claro, te portabas bien debido a que tu familia quedó de rehén en Cuba, entonces para poder mantener el vínculo con tu país le tienes que pagar al Estado cubano una cantidad de dinero mensual después de los primeros seis meses? En fin, el mar, coimpadre…
    ¿Pero no te das cuenta de que todo eso que viste es de una película posiblemente de baratilla, mucho peor que las que hacen en Hollywood?
    Gracias por leer mi respuesta y con sinceridad te deseo las mejores cosas, Manuel

  23. Estimado Muzam, concuerdo con sus juicios porque estoy seguro que son certeros… pero usted debe comprender que soy un hijo de la post modernidad, vago por excelencia e iletrado… a duras penas logro terminar un libro de Marcela Serrano,Paulo Coelho o Conny Méndez… no me pida que conozca a esos caballeros que usted menciona que, de seguro, escriben libros de varias páginas y sin ilustraciones… y si adhiero al socialismo, lo hago pensando en una nación donde el trabajo no sea un derecho (como en Cuba) ni una extorsión (como en Chile) sino en una simple posibilidad que se toma o se deja… un abrazo y no pierda el tiempo con nosotros, idiotas latinoamericanos

  24. Aparentemente, mi escrito no fue leído con detenimiento. He hablado de la futilidad de muchos anhelos, del candor de nuestra mirada seducida por el oropel del capitalismo, de la no valoración de lo que tenemos sobre nuestras narices. Los sistemas ideológicos juegan con nuestras ilusiones, rompen con nuestro pasado, con nuestras costumbres, aplastan el relevo cultural de las generaciones.
    Nadie ha tocado el conjunto de lecturas de literatos e historiadores cubanos que he mencionado y que me han hecho conocer y amar la isla, tal vez más aún que sus propios ciudadanos, aunque en un dimensión admirativa lejana que no ha podido contemplar el tramonte solar de sus días. Se subentiende que al no mencionar este aporte, los señores comentaristas desconocen su propio patrimonio cultural.
    Por otro lado, no necesito esconderme. Soy un escritor conocido que se sabe batir con su propio nombre. Sólo desearía que las argumentaciones y comentarios crecieran en calidad de exposición y dejaran de parecer una recalentada pelea callejera.

    Jorge Muzam

    1. Sr Muzam, yo soy un cubano que solamente apoyé a Castro los primeros 14 días de enero 1959 y le diré por qué dejé de ser «fidelista». Cuando estaban en la Sierra Maestra decían una cosa y cuando bajaron fue otra. Fusilaron a quieners dijeron no iban a matar, desde el principio mintieron y fíjese SI SON BUENOS CON LA MENTIRA, que después de 50 años todavía Ud. (que se supone tiene algunas «neuronas») cree que hay algo bueno de ese sistema que ES EL MAS MALO DEL MUNDO, comparándolo con Hitler y con Pinochet. Como Ud. va a comparar CINCUENTA años de destrucción de los valores humanos, de mentira, de odio y divisiones irreversibles, de historia, de capacidad intelectual y material destruídas……… .CON UNA PELICULA. ¡For favor! Si yo le pudiera contar todo lo que viví en Cuba desde el Primero de Enero de 1959 hasta que LOGRE irme junto a mi esposa e hija (como preso politico) en el año 1979, fueron casi 20 años de una PELICULA verdadera y con los MAS MALVADOS ARTISTAS en el escenario. Fíjese Sr. Muzam que yo no le hablo de cosas materiales, porque cuando comencé a conspirar contra ellos, había casi de todo lo material, PERO NO HABIA LIBERTAD NI DIGNIDAD y por eso yo no soy ni comunista ni apoyo a sistemas dictatoriales de derecha pero MIL veces menos malos que el TOTALITARISMO cubano. Chile tuvo su dictadura pero se pudo recuperar, al extremo que Ud puede escribir sus libros. Yo vi depurar y enviar a un campo de concentración llamado UMAP a un compañero de clases por ser acusado de leer un libro contrarevolucionario, que pudiera haber sido escrito por Ud.
      ¡Ah pero además depuraron a ocho más por cosas irrelevantes como el comentar que el agua de la ducha estafa fria, cosa que era totalmente cierta para todos.
      Recuerde jamás podrá saber la verdad del sistema comunista cubano, hablando con un cubano que vaya a Cuba (porque su miedo es ENDEMICO) ni leyendo o viendo películas o TV de la Cuba actual, porque TODO es mentira, para seguir confundiendo a personas como Ud. Si alguna vez a Cuba tampoco podrá saber toda la verdad, sencillamente porque NADIE se la va a decir, por el TERROR a contar lo cotidiano y el diario vivir NO existe ni entre los matrimonios y entre sus hijos. El miedo y el terror en Cuba es algo incalculable. Además el sistema está preparado para poder INFILTRAR sus agentes durante 20 ó 30 años y Ud. puede trabajar junto a ellos o compartir con ellos como amigo o familiar y ellos le están informando a la Seguridad del Estado como Ud piensa y actúa.
      Eso NO SE PUEDE ver en una película hay que vivirlo. Dentro de la cárcel yo conocí «infiltrados» y después que me fui de mi pueblo me han contado de varios amigos y conocidos que han sido CONDECORADOS por su labor de AGENTE ENCUBIERTO y sus familias pueden no haberlo sabido. El sistema imperante en Cuba es DIABOLICO y algún día el mundo libre se enterará de TODA la verdad pero para que eso ocurra hay que destruir el sistema actual desde la raiz, para que las personas no tengan miedo a contar todo lo que han callado durante estas cinco décadas.
      Empecé a combatir el comunismo a los quince años y todavía tengo el orgullo de continuar haciéndolo para tratar de impedir que personas como Ud. padezcan lo que padece el pueblo cubano.
      Alvaro.

  25. bueno, bueno, «rájese» con dos pasajes a Cuba, Sr. Álvarez Quiñones, y se dará cuenta que tengo una identidad independiente a la del excelso escritor Jorge Muzam… por el momento prefiero guarecerme en el anonimato para defenderme de «tontos graves latinoamericanos» que infectan la red… ¿le mando una cuenta para el depósito del pasaje?

  26. AL «VIUDO»
    Yo le pagaría el pasaje gustoso al «viudo» si de veras valiera la pena, pero ese no es el caso de este alumno aventajado del «MANUAL DEL PERFECTO IDIOTA LATINOAMERICANO». Sería botar mi dinero al mar. Si tiene un poco más de coraje y tiene con qué refutar mi crónica fundamentadamente, que no firme con anónimos y diga su nombre, pues me huele al mismísimo autor
    Roberto

  27. Muy acertado el comentario de Alvarez Quiñones….
    Sólo quiero recalcar que me parece de muy mal gusto y expresión de muy poco respeto un artículo como este que cuestiona la diversidad de aspiraciones, frustraciones, opiniones, etc., de un pueblo ajeno, sin conocerlo de cerca….
    Y recuerde, o entérese, señor Muzam, que de los miles de chilenos que vivían en la Cuba de «socialismo luminoso» antes del regreso de la democracia post-Pinochet, no quedó ninguno o muy pocos cuando Pinochet abandonó el poder….Ninguno pensó como Ud. en ese momento, por suerte para ellos……

  28. Tanta jerigonza para decir que quiere invitar al autor de esta crónica, a Cuba, el epicentro del paraíso socialista… si usted paga los pasajes, ¿acepta uno más en el viaje?

  29. COMPARACION ENTRE CHILE Y CUBA
    Siempre me ha gustado la polémica. Creo que es en términos de dialéctica filosófica (hegeliana y marxista) una fiel expresión de la ley de la unidad y lucha de contrarios que mueven al mundo y la sociedad y dan a luz el desarrollo de la civilización.
    Claro, sólo participo en una polémica cuando vale la pena, y este no es el caso. Pero el señor Muzam ofende el honor y la sensibilidad del sufrido pueblo cubano con este artículo tan despistado y erróneo, y sobre todo tan superfluo.
    Me siento tan ofendido con este artículo que voy a decir lo que pienso y de hecho estoy entrando en una polémica.
    Pero antes quiero recordarle al señor Muzam, que mientras él escribe libremente lo que piensa desde territorio chileno, a mi el régimen fascista cubano ME PROHIBE VIAJAR A MI PROPIO PAIS DE NACIMIENTO.
    Fui protagonista de la revolucion cubana, trabajé en «Granma» y en la TV cubana por 27 años y fui profesor universitario en Cuba hasta 1995. De manera que «algo» conozco de la realidad cubana
    A mi no se me ocurría jamás elogiar la «dictablanda» que edulcoraba en sus discursos el dictador Augusto Pinochet (así le llamaba el general en broma a su régimen neofascista), a partir de una película realizada por cineastas pinochetistas, aprobada por la censura pinochetista, y con el beneplácito y regocijo personal de Pinochet por dicho film.

    El señor Muzam, con todo respeto, si quiere saber cuál es la razón del «sueño capitalista de los cubanos», en primer lugar debiera ir a Cuba y ver la realidad «real» (no la de la propaganda goebbeliana-castrista). Y si no va a la isla, al menos debiera estudiar un poco el tema con información y datos de distintas fuentes incluyendo las independientes (que son las únicas veraces) y no sólo las gubernamentales.
    Quiero pensar que el señor Muzam sólo está mal informado y que su ofensivo artículo no responde a una pasión ciega por el socialfascismo absurdamente de moda en Latinoamericano cuando ya fue desechado por la razón y la historia como un experimento contranatura fallido, inhumano, de un costo muy alto para la humanidad en el siglo XX.
    No me voy a extender con disquisiciones teóricas. Prefiero las comparaciones prácticas con cifras y datos dificilemente refutables.
    En 1958, según la ONU, Chile y Cuba tenían un Producto Interno Bruto (PIB) casi igual ($2,360 millones Cuba, y $2,580 millones Chile), y un PIB per cápita de $356 en Cuba y $360 en Chile, o sea, casi idénticos.
    Pasó medio siglo y el Chile capitalista (por cierto el más neoliberal de la región), tuvo un PIB en 2009 de $244,000 millones, según el Fondo Monetario Internacional (FMI) bajo el nuevo método llamado PPP (Purchasing Power Parity) que calcula los bienes y servicios producidos en un país teniendo en cuenta el real valor de compra de su moneda nacional con respecto al dólar –considerando los precios de la canasta básica de alimentos, el costo de la vida, etc—ya que hay gobiernos que intervienen fuertemente en la economía y mantienen artificialmente alto el valor de sus monedas nacionales, lo cual infla el PIB falsamente.
    Por ese mismo método la Cuba socialista tuvo en 2009 un PIB de apenas $19,000 millones,según el Consejo Económico y Social de la ONU (ECOSOC). El ingreso per cápita de los chilenos en 2009 fue de $14,400 dólares y el de Cuba de 1,696 dólares, sólo superior al de Haití. Las exportaciones chilenas sumaron $54,943 millones y las cubanas no llegaron a $6,000 millones.
    Además, Muzam sabe que ya Chile fue invitado a ingresar en la OCDE y se espera que antes de 2018 su patria será el primer país latinoamericano del Primer Mundo.
    En tanto, Cuba desde 1999 es clasificada por el ECOSOC como el país más pobre de la región luego de Haití. O sea, la isla caribeña está protagonizando el «Viaje a la semilla» de Carpentier y construye aceleradamente la primera sociedad medieval de las Américas.

    ¿Que pasó? ¿Por qué tan asombrosa diferencia en el desarrollo de ambas naciones en medio siglo?
    Si a un extreterrestre acabado de aterrizar en el desierto chileno de Atacama, en Antofagasta, le dan estas cifras de Cuba y Chile y le preguntan cuál de los dos regímenes socioeconómicos es superior se sorprendería de pregunta tan tonta. Las cifras son tan elocuentes y demoledoras que no cabe preguntar tal cosa.

    Roberto

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