¡Salve, Salve Mujer!, un poema de Herminia Ibaceta
¡Salve, Salve Mujer!…esencia pura en encarnada rosa,
manzana del amor,
Eva eterna del tiempo vencedora.
Entraña universal donde se gestan
el germen de la vida,
el parto de la aurora.
¡Salve, Salve Mujer!…
telúrico regazo
que abraza por igual
los ecos de las risas y los llantos.
En tus cauces vitales bebe el hombre,
que asido de tu mano,
recorre los caminos persiguiendo
las huellas de tus pasos.
¡Salve, Salve Mujer!…
inconmovible roca,
nimbo de luz para ceñir las palmas,
cerco de amor para apartar las sombras;
sempiterna canción
que en maternales notas,
arrulla al Orbe en el más puro y terso
de todos los idiomas.
¡Salve, Salve Mujer!…
nudo de amor, que entre sus hebras teje
las alas del milagro.
Si el mundo entre sus giros se perdiera,
Sólo Tú, Mujer, podrías salvarlo.