Javier Kafie y sus cuatro puntos cardinales

El Salvador: Cuatro Puntos Cardinales es un proyecto documental que aspira retratar historias del norte, sur, este y oeste de este país centroamericano. El objetivo es mostrar la diversidad cultural, social y ecológica de la región – y crear una película que se distancie de los discursos mediales característicos en Centroamérica, muchas veces monopolizados por la violencia.

Para esto, queremos concentrarnos sobre todo en cuatro personajes que viven en ambientes muy distintos – a pesar de habitar en el mismo país. Desde comunidades en el mar donde se practica el surf hasta fincas de café, desde ex–zonas guerrilleras hasta pueblos donde todo circula alrededor de las artesanías: ¡En un país tan pequeño hay mucho que ver y muchas historias que contar!

El producto final tendrá una duración aproximada de 60 minutos (aunque no desechamos la posibilidad de hacer un largometraje documental). Ahora nos encontramos en el período de investigación y durante los próximos meses pasaré la mayoría de mi tiempo en las locaciones para documentarme y conocer realmente a la gente y los alrededores.

Mi primera parada será Concepción de Ataco, al oeste del país. Ataco es una pequeña y colorida ciudad en la cordillera de Apaneca que depende mucho del mercado del café. Durante la última década ha experimentado un boom turístico y ahora muchos extranjeros han hecho de Ataco su hogar. Sin embargo, muchos habitantes del pueblo pueden contarte sin dificultad de los altos y bajos del mercado del café, y de cómo estos han afectado seriamente la región desde hace décadas.

Luego, planeo visitar la municipalidad de La Palma, en Chalatenango, un departamento al norte del país. Aparte de estar cerca del punto más alto del país y de disfrutar de un excelente clima, La Palma es muy conocida por sus artesanías. La historia de cómo la artesanía tradicional se convirtió en una industria auto-organizada que emplea a cientos de artesanos en esta área – aún durante la guerra – es fascinante, y vale la pena contarla.

Por otro lado, en la parte este del país se encuentra Perquín, una ciudad dominada durante el conflicto armado por la guerrilla. La guerra civil salvadoreña (1980-1992) es todavía un tema muy actual en esta comunidad ya que sufrió mucho por los ataques militares durante todo el conflicto. Sin embargo, sus habitantes – muchos de ellos ex-combatientes – intentan vivir en paz, compartiendo con los visitantes las historias de lo que vivieron durante la guerra.

Y finalmente la última parada será una pequeña comunidad situada en la playa de El Zonte, al sur del país. El Zonte tiene condiciones excelentes para practicar el surf, y este deporte ha influenciado grandemente el estilo de vida de sus habitantes. Interesantemente, la comunidad está tratando de romper con el patrón y ganar control del crecimiento que trae consigo el turismo. También el multiculturalismo es un tema muy grande aquí, y muchos grupos humanitarios han hecho de El Zonte su base cuando visitan El Salvador.

Javier Kafie / Cuatropuntoscardinales.com

Entrevista con Javier Kafie

«Nos encontramos en un café de San Salvador con Javier Kafie (1982), amante de la literatura y los audiovisuales, y colaborador de ContraCultura. Vivó en un exilio voluntario en Estados Unidos y Alemania. Pero hoy a su regreso trabaja en su documental “Cuatro puntos cardinales”, que pretende ser una muestra del delirio de este pedazo del centro de América.

¿Cómo nace tu interés por los audiovisuales?

Mucha gente dice que uno entra a los audiovisuales desde la fotografía, que uno se pasa de la imagen estática a la imagen en movimiento. Mi ruta fue otra, a pesar de que también trabajé como fotógrafo en un periódico en Oklahoma. Eh.. bueno yo vengo de la literatura. Salí a estudiar a los Estados Unidos Artes aplicadas y Literatura. Lo que más me interesaba eran las clases de ficción. Poco a poco se fue concretizando una necesidad bien grande de contar historias.

Cuando me fui a Alemania (dos años después de haber estudiado en los Estados Unidos), ya tuve más contacto con los audiovisuales. Ellos te incitan a que hagas vínculos con varios discursos. La complementariedad de la parte literaria me llegó en Alemania. Y bueno ahora, pues estoy empezando en El Salvador…

Con la literatura, ¿cuáles han sido los referentes que has tenido?

Yo creo que para mí sería imposible decir que tengo un autor favorito. El libro que me inició en la literatura es “El amor en los tiempos del cólera”, de García Márquez. Incluso se ha vuelto en un libro base, porque cada dos o tres años lo vuelvo a leer, y cada dos o tres años le encuentro una lectura distinta, pero aparte de eso sí ha habido varios autores que me han marcado mucho. Me encanta Hemingway, por su concepto de tener gracia en la tragedia. Por otro lado, hay algunos autores que me han marcado bastante, por ejemplo, Coetzee. De los clásicos me encanta la tragedia griega. Don Quijote me hizo alucinar.

¿Y qué directores de culto tienes?

Uno de los directores que llegué a amar en los Estados Unidos fue Akira Kurosawa. Probablemente mis dos directores favoritos son Federico Fellini y Luis Buñuel. Para el caso, en Fellini hay una elegancia bien monumental y bien sencilla en muchas de sus películas. Y siempre también hay una búsqueda temática, bien interesante. Me gusta más el cine viejo de Fellini: 8 ½, La dolce vita. Y bueno, Woody Allen, Kubrick.

No sé si has tenido acceso al trabajo audiovisual centroamericano…

Mira: el problema con la producción centroamericana es que a veces es difícil de encontrarla. Incluso cuando yo vivía en Alemania tenía más acceso a cine latinoamericano que acá. He tenido la suerte de estar participando en algunos eventos, por ejemplo, el proyecto en el que estoy trabajando ahora fue aceptado en el Seminario de Producción Ejecutiva, que organizó Paula Heredia junto con Unión Latina, y también en el Seminario de Cine Documental. Gracias a estos eventos he tenido más contacto con lo que se está haciendo en Centroamérica.

Lo que me preocupa de Centroamérica, y lo que me molesta hasta cierto punto, es que casi solo era de muerte y violencia. Claro, es una realidad que vivimos, pero no es la única realidad. Incluso me preocupa que ya se está volviendo una mercancía esa violencia.

¿Nos podría hablar de tu proyecto “Cuatro puntos cardinales”?

Lo que estoy intentando hacer con este proyecto es salirme de todo este discurso de violencia que hay, sin desacreditarla, sin tratar de sacarla de contexto, porque sí vivimos en un contexto de violencia. Para esto básicamente busqué un concepto, tomando en cuenta que El Salvador tiene una gran variedad geográfica, y hasta cierto punto también cultural, por eso tomé cuatro puntos cardinales. La idea, en realidad, surgió de hacer una serie de documentales cortos sobre diferentes lugares del país, pero poco a poco tuvimos que irla puliendo. Tomamos El Zonte, Ataco y Apaneca, La Palma y Perquín. Queremos mostrar, a partir de estos lugares, esa diversidad, pero no basándonos tanto en los lugares. Tampoco quiero entrar en un discurso puramente turístico, que es hasta cierto punto superficial. Nosotros lo que queremos es concentrarnos en historias de personas que a pesar de cualquier vicisitud intentan salir adelante.

Estamos en el proceso de investigación y buscando convencer a las personas que serían las protagonistas de este trabajo.

¿Cómo ha sido la recepción del proyecto?

Con el hecho que lo hayan aceptado al Seminario de Producción Ejecutiva, pues sí ya me da bastante seguridad, porque concursaron más de cien proyectos de Centro América y del Caribe, y al final se aceptaron veinte. La ventaja es que hubo excelentes expositores, gente que estaba metida en el medio a nivel internacional. Incluso también como lo hemos estado moviendo por redes sociales, la gente ha respondido bastante bien, y eso es lo que estamos buscando en realidad.

¿Y qué más te dedicas en el país? Como estuviste bastante tiempo fuera, ¿cómo fue ese choque a tu regreso?

Para serte sincero sí fue un choque… Eh, mira lo difícil del caso es que en Alemania estaba acostumbrado a cierta estabilidad laboral y de vida, pero ya era un proyecto que nos habíamos planteado con mi novia, hoy mi esposa, y bueno era algo que teníamos que hacer porque yo no me miraba toda mi vida viviendo en exilio, aunque sea exilio voluntario, pero habían ciertas cosas que me molestaban de eso. Y bueno vine acá…

¿En que año?

En julio del 2009, pero en realidad el primer shock fue en el 2006 cuando volví después de cinco años de no haber regresado a Centro América, y sí fue un poco raro sobre todo porque mi familia vive en los Estados Unidos, y yo no vengo acá a una casa adonde me esté esperando mi papá, mis hermanos,  sino que vengo acá y me quedo con familiares, pero no es el mismo enlace.

Uno viene a un mundo en el que el área de cultura hay bastante desvinculación y por ende bastante desorganización. Y lo difícil del caso es que yo quiero estar activo en el área de cultura, es lo que yo quiero hacer en mi vida, y es parte de mi visión del mundo, y venir a un entorno en donde es bien difícil vivir de eso, pues sí me desequilibró un poco. Y eventualmente mis proyectos fueron encaminándose más al área multisensorial de las películas, a pesar de que siempre manejo otro par de proyectos que están más ligados a la literatura o a la publicación de libros, y sí en general fue un poco difícil regresar.

Entrevista por Miroslava Rosales publicada originalmente en:

Hoja de datos de Cuatro Puntos Cardinales

Director: Javier Kafie

Hijo de padres salvadoreños, Javier Kafie Nació en México en 1982, y desde entonces ha vivido en Honduras, Estados Unidos, Alemania y El Salvador. Comenzó sus estudios universitarios en Ada, Oklahoma, finalizándolos en Alemania con un diploma en Estudios Literales, Culturales y de Medios de Comunicación.

Aunque su familia vive en los Estados Unidos, Javier regresó a El Salvador en el 2009, donde trabaja como traductor y periodista cultural.

Productor: Juan Carlos Saavedra

Co-fundador de una pequeña productora de audiovisuales y material con contenido artístico denominada “El Monstruo”, en la que se resume la experiencia adquirida con los años trabajando en proyectos personales que van desde la grabación de música original hasta la edición de videos musicales y espectáculos culturales, así como apoyo técnico en sonido directo, camará, edición de audio y video, o administrando de los recursos en una producción.

Duración: aproximadamente 60 minutos. Una co-producción de: Monos Metafísicos y Monstruo-Lab Locación del proyecto: El Salvador

Para más información y la posibilidad de donar al proyecto documental, haga click aquí.

Para acceder a la página del proyecto, haga click aquí.

 

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