Fraudes afectan a comunidades inmigrantes

Los nuevos intentos de fraude son muy comunes. Afectan a todos por igual, incluyendo campesinos, estudiantes y ancianos. Lo peor, dicen los expertos, es que muchas víctimas de fraudes no los reportan. Sea por verguenza o porque no hablan bien el inglés, callan. O, en el caso de los indocumentados, porque temen ser deportados. Es un temor que no tiene asidero en la realidad pero que sin embargo persiste.

Estos y otros temas relacionados a fraudes fueron discutidos el pasado miércoles 11 de enero en un foro realizado en Fresno, organizado por la Comisión Federal de Comercio (FTC, por sus siglas en inglés) y New America Media. Este mismo foro se repetirá en otras ciudades del pais a fin de alertar a la población.

Reunion en Fresno

Representantes de varias comunidades étnicas colmaron el auditorio para aprender sobre este tema: cómo evitar ser una víctima más y compartir experiencias.
Oralia Maceda comentó que recibió por correo una buena oferta de una tarjeta de crédito. Decidió solicitarla. Después de pagar $49 por adelantado, recibió la tarjeta. Con ella, una notificación explicandole que tenía un crédito limitado de $500. Pero para activar el servicio debía pagar $149. “Me parece exagerado, así que ahora quiero cancelar mi solicitud. Que me devuelvan el dinero”.
Aunque no parece muy dramático, este es un caso muy común de fraude. En realidad el “crédito” disponible lo termina depositando el cliente. Y a un costo muy elevado. Además, la empresa queda en poder de datos personales de importancia.
“Uno de los fraudes más comunes afecta a quienes tienen problemas con su hipoteca”, dijo Thomas Dahdouh, Director Regional, Western Division de la FTC. “Algunos compradores de casa reciben una carta o llamada. Les dicen que están a punto de perder sus casas. Para evitarlo deben sumarse a una demanda, para lo cual deben pagar. Pero esto no es cierto”.

Fraudes de impostores

Dahdouh comentó que de las 4.931 quejas recibidas por su oficina en San Francisco el año pasado, 29% eran sobre robo de identidad. Y el 20% eran fraudes de impostores —personas que se hacen pasar por alguien que no son. Por ejemplo, supuestos agentes de la agencia federal de impuestos (IRS, por sus siglas en inglés). Llaman diciendo que adeudan dinero al IRS. Si no pagan de inmediato irán a la cárcel.

Es un fraude, el IRS no llama por teléfono, manda cartas.

“Nosotros buscamos que las víctimas recuperen el dinero que perdieron por fraudes”, comentó Nat Wood, Director Asociado, Division of Consumer & Business Education-Bureau of Consumer Protection, de Washington. Y explicó el caso de la empresa Herbalife, que fue demandada por fraude. Deberá pagar 200 millones de dólares a sus agentes de venta y distribuidores, a quienes Herbalife les pagaba menos de lo prometido por ventas.
Wood también comentó que de manera similar, algunas empresas que venden ropa a revendedores muchas veces entregan menos mercadería y de menor calidad. Esto le permite a las empresas ganar mucho más dinero.
Uno de los expertos comentó que el dinero generado por fraudes podría ser igual o superior a lo producido por el tráfico de drogas.
Los fraudes de inmigración son muy comunes, pero muy pcos los reportan. Sabrina Ashjian, Abogada de la Consumer Fraud and Environmental Protection Unit, Fresno County District Attorney’s Office, insistió que “nosotros no reportamos al Servicio de Inmigración a aquellos que denuncian un fraude, aunque sean indocumentados”.

No dar número de seguro social

Según Isabel Camacho, abogada de inmigración de Clovis, uno de los fraudes más comunes es cometido por paralegales y abogados que prometen a sus clientes que le conseguirán la residencia. Para esto, solicitan asilo político. Estas solicitudes son rechazadas. Los solicitantes son deportados. El paralegal o abogado cobró por adelantado. El asilo es casi imposible conseguir.
Finalmente, los expertos dieron consejos para no ser víctima de fraudes. No dar número de seguro social o número de cuenta bancaria por teléfono. No firmar papeles en blanco. Ni firmar contratos bajo presión. Averiguar bien el nombre de las empresas con que están negociando. Y buscar por internet antecedentes de esa empresa.
Para reportar un fraude, visite ftc.gov/complaint, o llame al 877-FTC-HELP

Perfil del autor

Eduardo Stanley se graduó de la Escuela de Cine de la Universidad Nacional de La Plata, Argentina. Realizó estudios de post grado en Semiótica en la Universidad de Bucarest, Rumanía, y trabajó tres años como profesor de Logica y Teoría del Lenguaje en la Universidad Autónoma de Sinaloa, México. En Estados Unidos desarrolló una amplia carrera periodística, incluyendo Univisión, Telemundo, varias publicaciones comunitarias del Valle Central de California, y también como free lance para publicaciones nacionales e internacionales, como La Opinión (Los Angeles) y La Insignia (España). Actualmente es editor del periódico mensual Community Alliance y produce in show radial en español en KFCF 88.1FM, de Fresno. 

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