Del odio a la prensa y el amor a la ignorancia

Cada vez son más estridentes las quejas contra “los medios”, por ser liberales o fascistas,  o por formar parte de una conspiración vasta y poderosa que concientemente y con impune alevosía, lava el cerebro de la gente.

Los originarios de la demente conspiración son, digamos, los vendepatarias liberales de la Costa Este, para utilizar la manera de pensar de los quejumbrosos, que conjuntamente con la gente de color y los judíos quieren subyugar al hombre blanco americano y cristiano, supuesto poblador original y dueño de la totalidad de este país, y para quienes esa prensa es llamada “Main Stream Media” o simplemente y de acuerdo al rigor estadounidense por los acrónimos, “the MSM”.

Los periodistas, si es que existen en sus mentes, somos para ellos aliados ideológicos de las fuerzas del mal o, simplemente, idiotas últiles.

Algo así como los pilotos de los “helicópteros negros” que según los trogolditas del nativismo estadounidense recorren  el país en búsqueda de pistas de aterrizaje y lugares aptos para el despliegue de las tropas de las… Naciones Unidas que traman desde hace décadas conquistar el país.

Las quejas contra el MSM hace tiempo se transformaron en ataques virulentos, en expresiones de hostilidad y odio y finalmente, en un verdadero pegamento que es lo que une a los grupos que esgrimen la ignorancia y la idiotez como principales virtudes del buen patriota.

Al mismo tiempo, en los países más infelices del mundo se repite la ecuación de a más represivo el régimen, menos periodistas vivos. Un estado fallido como México es un buen ejemplo de lo malo de la situación de la prensa, con decenas de periodistas secuestrados y luego asesinados de las maneras más abominables y terroríficas, no por competir con los narcos por las rutas de la droga ni porque tratan de hacer arrestar y enjuiciar a los criminales, sino por preguntar demasiado, escribir demasiado, publicar demasiado.

A eso se une, por supuesto, la desaparición de los periódicos impresos como críticos del poder y su reemplazo por esto que se ve aquí: el medio digital, ilimitado, incomprometido, inconexo y tremendamente relevante.

Obviamente, los imbéciles cuya religión es el odio a los periodistas no caen en la cuenta de esta relación entre dictadura y ataques a la libertad de prensa, porque su cultura, escala de valores, manera de pensar y razonar políticamente los acerca más a los perpetradores de los crímenes que a la parte pasiva y bonachona del pueblo que ellos pretenden en su imaginación de hormigas constituir y representar.

Pero de pronto los campeones de la ignorancia, que quieren matar al mensajero de las malas noticias y con ello solucionar los problemas, decidieron que ser periodista es facil. ¡Facilísimo! ¡Haberlo sabido antes!

No requiere más que un sitio de internet y dos dedos y teclear algunas palabras.

Ser periodista «es tan fácil», que hasta un tarado como ellos puede serlo.

La cosa se pone peor a partir de aquí, porque ahora las diátribas vienen de parte de internautas que de pronto presentan alternativas a lo que difunden sus odiados Protocolos del MSM: sus propias noticias.

De pronto entonces generan «noticias» de evidencia dudosa en el mejor de los casos, un absoluto cero en verificación de los hechos, un desprecio real e infinito por la comparación de fuentes y la presentación de opiniones distintas a las de ellos, o de entrevistas con expertos, resultando en consecuencia y finalmente, una credibilidad absolutamente inexistente.

Crean entoces sus noticias y las difunden en los canales de difusión de sus acólitos, tan idiotas como ellos, basándose en los deseos de su corazón, las ideas de su mente y demás artefactos de su escasísima imaginación en reemplazo de la aproximación a la verdad, una palabra para ellos supuestamente tan sagrada como las Escrituras y que sin embargo adaptan y manipulan desvergonzadamente de acuerdo con la pequeñez de sus opiniones predeterminadas y orgullosa y estúpidamente inamovibles.

Cuanto más descabelladas son las noticias  que nos regalan los de esa prensa que no es prensa, más difusión les dan sus entusiastas proponentes, al grito de “por qué no vemos esto en la prensa” tradicional, es decir, la de los profesionales.

Esta semana me llegó esto, enviado por gente de absoluta buena voluntad y que quiero mucho (lo cual muestra lo peligroso de esta herramienta goebeliana de difusión), la foto de un soldado estadounidense, presuntamente en Afganistán, y que pretendidamente porta en su manga, al sur de la bandera estadounidense, una etiqueta de corte netamente político que dice: “Haciendo el trabajo de”, bajo lo cual aparecen las banderas de, por ejemplo, Alemania, Rusia y Francia, todos ellos países que se opusieron a la invasión estadounidense de Irak.

Debajo hay un rótulo: ¿por qué la prensa liberal no cubre esto?

Dicho de la manera vil y con la sonrisita de los extremistas que todo lo saben: ¡por supuesto que la MLM no lo cubre!

Y los flechazos envenenados tienen nombre: los semanarios Time y Newsweek.

Lo cual redondea sus torpes pensamientos y cobra para ellos sentido común completo e indiscutible: los soldados en el frente de batalla están expresando su descontento con el hecho que al combatir el terrorismo deben hacer la tarea de otros países de Occidente que por comodidad o simpatía con aquel, no la hacen.

Que fue seguida por otras que mostraban a soldados estadounidenses en diferentes etapas de solidaridad con la población local, como levantando niños en vilo, llorando, etc. etc.

Terrible. Pobres soldados. No solamente luchan contra el enemigo real, que es el terrorista  oculto, sino también contra los soldados de otras naciones que para su mente de enanos son “enemigas”, como Alemania, Rusia y Francia. Repítase la historia indefinidamente y como lo explicaba Goebels, se convertirá en verdad.

El único problema con el cuadro es que es falso.

La foto es un fotomontaje.

No solamente eso: el email me llegó ahora, en enero de 2010. Pero el fotomontaje data del 2004 o incluso (según otras fuentes) de diciembre de 2002.

Desde entonces estuvo dando vueltas y vueltas en la web, con un solo resultado: miles y miles de personas se convencieron de lo que ya sabían sin el menor vestigio de una duda: que la prensa MSM los está engañando. Se fortalece en ellos la convicción de que en lugar de ese periodismo – del New York Times para abajo – el verdadero es el que difunde hechos “reales”, sin “censura”, el del “periodismo cívico”, aquel que no tiene “trabas ideológicas” y que solamente se debe a la “verdad”.

Otras personas de buena voluntad y mente abierta caen en lo mismo. Su concepción política cambia ante la foto acusadora. Carecen de la práctica (sí, la del periodista) de la verificación, la duda ante la falta del sentido común (en este caso: aunque existiese, el soldado que expresase sus opiniones políticas de esta manera y además sobre propiedad militar, sería rápidamente disciplinado).

Finalmente, no es en Irak ni en Afganistán sino en Kosovo. Pero eso ya no importa.

Leo que el fotomontaje fue realizado por profesionales de la empresa de marketing Registered Media, utilizando una foto de relaciones públicas de las fuerzas de Kosovo de la OTAN (KFOR). Originalmente, era un “soldado estadounidense del KFOR patrullando fuera de la base Bondsteel en Kosovo”.

El logo de Registered Media, una empresa que trabaja con fines políticos,  se puede ver en algunas de las miles de versiones de esta bazofia en la red, en la esquina inferior derecha de la foto.

¿Y ahora? Poco se puede hacer más que denunciarlo, sacándolo a la luz pública y esperando reacciones.

Y con el peligro de que algún aficionado, en algún momento, recoja estas palabras y las resuma periodísticamente así: ‘por una parte, una foto muestra el cartelucho… otra en cambio no… y Lerner afirma que la segunda es la real’.

Ante el diluvio, estos otros enanos dicen: algunos afirman que llueve y hay quienes dicen que realmente no está lloviendo. Desde el monte Ararat, Noticias Cero. Acto seguido, se ahogan.

Que es otra enfermedad de la prensa y que queda para la próxima.

Fundador y co-editor de HispanicLA. Editor en jefe del diario La Opinión en Los Ángeles hasta enero de 2021 y su actual Editor Emérito.
Nació en Buenos Aires, Argentina, vivió en Israel y reside en Los Ángeles, California. Es periodista, bloguero, poeta, novelista y cuentista. Fue director editorial de Huffington Post Voces entre 2011 y 2014 y editor de noticias, también para La Opinión. Anteriormente, corresponsal de radio.
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Founder and co-editor of HispanicLA. Editor-in-chief of the newspaper La Opinión in Los Angeles until January 2021 and Editor Emeritus since then.
Born in Buenos Aires, Argentina, lived in Israel and resides in Los Angeles, California. Journalist, blogger, poet, novelist and short story writer. He was editorial director of Huffington Post Voces between 2011 and 2014 and news editor, also for La Opinión. Previously, he was a radio correspondent.

2 comentarios

  1. Brillante Articulo. Los conocedores saben que la herramienta real del periodismo es la investigación y la imparcialidad. Conceptos que muchos de esos «Ciber-Ignorantes» desconocen, desconociendo también el alcance de sus «Hurtos» y su efecto desvastador en la cultura de muchos.
    Felicidades por estar del lado de la investigación real.

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