Cuba: el amanecer de los ausentes

 

Los promotores invisibles que forzaron el diálogo entre la dictadura de los Castro, la Iglesia cubana y el gobierno español

Indudablemente que todos los cubanos  —y en general, todos los seres humanos— que creamos ser de buena voluntad tenemos que estar esperanzados. En específico, los cubanos anticastristas, al menos, podemos estar un poco menos tristes (para no tener que decir “reconfortados”). Una valiosísima parte del pueblo de Cuba, me refiero a los activistas por los derechos humanos y la liberación y democratización de la Isla, han ganado una importantísima batalla contra la dictadura de los hermanos Castro, después que el gobierno de ese país ha cedido a liberar a los 52 presos políticos que restaban de los 75 encarcelados cuando ocurrió la nefasta “Primavera Negra”.
Indiscutiblemente hay también que darle gracias a la mediación de la Iglesia Católica y, en tercer lugar, a la participación del canciller español, Miguel Ángel Moratinos, puesto que han sido las fichas de ajedrez clave para que Raúl Castro pudiera creer que ha encontrando (en ellos) la posibilidad de una salida “airosa” del profundo laberinto en el que se sentía perdido… Bueno, él y toda su administración.
La Iglesia Católica cumplió bien esta vez con la obligación que tiene —ante Dios y el pueblo— como organización religiosa de procurar la mediación para solucionar siempre difíciles conflictos que puedan llevar o mantener una situación de injusticia extrema en un país. Por su parte, Moratinos, después de una posición menos justificable, sin dudas ahora debe sentir su conciencia un poco más tranquila de toda esa errónea política de complicidad que mantenía con la dictadura castrista —en relación con el tozudo intento de querer modificar la Posición Común de la Unión Europea a favor de la Isla— junto con José Luis Rodríguez Zapatero, y que han estado llevando al gobierno español  a una situación no sólo históricamente oprobiosa, sino además ridícula e inexcusable.
Creo que esta vez el gobierno de los Castro ha propiciado que la Iglesia Católica cubana y las autoridades españolas hayan logrado, ¡por fin!, entrar en sintonía y proyectar, al menos, un mapa de soluciones a medias tintas que le conviene al régimen, en el sentido de evitar una esperada y posible reacción internacional de envergadura.  Así, con esta liberación de sólo 52 presos—inusual y sorpresiva— la dirigencia raulista apuesta por una mayor oportunidad de supervivencia: guarda la esperanza de que la UE modifique su posición de condena; que el gobierno de Barack Obama empiece a sentir cierto sentido de reciprocidad de Cuba hacia Estados Unidos; que algunos antiguos aliados y simpatizantes, que se habían declarado inconformes, vuelvan a su redil y, fundamentalmente,  se aminore en lo político la presión de la oposición cubana, entre tantas cosas más.

En lo que se refiere a la Iglesia, ésta recupera un espacio de fe y su representación queda mejor sentada entre los disidentes y el mismo gobierno; asimismo  tampoco se puede negar que gana una más grande imagen de conciliador, de organización pacifista con importancia para ser intermediario y coordinador de un diálogo, siquiera paliativo, en busca de una mejora para el pueblo.

En cuanto a España, la Administración Zapatero-Moratinos gana un tanto la esperanza de que le escuchen en la UE, para ver si le creen eso de decir: “Se dan cuenta, con nuestra posición, que es la que queremos que tenga toda Europa en relación con Cuba, hemos conseguido una respuesta positiva del gobierno cubano, y aquí está la liberación de los presos”.
Pero en esencia, en realidad y a la luz de todo el mundo, ¿quiénes son los verdaderos gestores y precursores de esta importantísima, ¡qué digo: histórica! batalla que ha perdido la dictadura de los hermanos Castro?
Ninguna mediación, ni visita protocolar para asuntos intergubernamental  ha logrado lo que verdaderamente  lograron las Damas de Blanco, la muerte de Orlando Zapata Tamayo y la huelga de hambre y sed de Guillermo Fariñas, secundados por todos los demás disidentes dentro de Cuba, por las acciones de solidaridad del exilio cubano, por la opinión internacional y, en última instancia (y muy probablemente con igual o mayor importancia) la situación precaria y de inminente explosión social a que esta abocado el pueblo cubano.
Este es un verdadero hecho de resonancia histórica; quiero decir, la decisión inquebrantable que han mantenido esas mujeres en sus manifestaciones y actitudes exigiendo la libertad de sus esposos como presos de conciencia que realmente son; la muerte  digna y patriótica de Zapata Tamayo, un ser humano humilde, negro además, que se inmoló a conciencia de que su fallecimiento iba a ser la esperanza de otros; y la actitud de Fariñas, otro hombre negro que no ha cedido ni un ápice a pesar de su sufrimiento y riesgo de morir y que se ha mantenido tan vertical como una columna cimentada por las verdades en que cree.

Estos tres factores, de neta naturaleza humana y disidente —como tres enormes pilares que han crecido de pronto en medio de un proceso de sojuzgamiento devastador—, han logrado que por primera vez la intolerancia y terquedad de la regencia castrista se haya resquebrajado.

Habría que recorrer la cronología de este nuevo breve proceso de lucha, desde el fallecimiento de Zapata Tamayo el 23 de febrero de 2010, después de 85 días de huelga  extrema por sólo pedir “tratamiento como preso de conciencia”, y de todos los demás acontecimientos que se fueron desatando —como fueron las huelgas de Fariñas, de otros cuatro presos políticos más, la del barbero Franklin Peregrino del Toro, la reclamación de 2,000 exiliados cubanos en Miami, las cartas y firmas en Internet, la negación de Fariñas ante un diplomático español  de abandonar su propósito de morir, la aprobación por parte del Parlamento Europeo de condenar al gobierno de Cuba por la muerte de Zapata Tamayo, la serie de marchas de protesta de las Damas de Blanco en La Habana por el séptimo aniversario del encarcelamiento y condena de sus familiares, los atropellos que recibieron por parte de la Seguridad del Estado y las turbas mandadas por el gobierno que hizo que el presidente del Parlamento Europeo, Jerzy Buzek, condenara la “brutalidad policial” contra las Damas de Blanco y le exigiera a los Castro la “liberación inmediata de todos los presos políticos”, las multitudinarias manifestaciones de protesta realizadas en Miami y Los Ángeles, convocadas por la cantante cubanoamericana Gloria Estefan y su esposo Emilio, así como por el actor también cubanoamericano Andy García, respectivamente, las proposiciones de Fariñas al Premio Sajarov y las Damas de Blanco al Premio Nobel, la reclamación de un grupo destacadísimo de intelectuales y artistas españoles que crearon una plataforma para que Cuba alcance la democracia “lo antes posible”, entre muchos más situaciones y factores que han sucedió en estos meses hasta llegar a las gestiones de la Iglesia Católica y, por último, a la aparición de Moratinos.

Habría que recorrer entonces esta cronología, repito, para que quede bien claro —sin que le queden dudas a nadie— que los precursores y verdaderos gestores de este triunfo han sido los disidentes mencionados en su lucha tenaz por ese pueblo cubano que ahora, al cabo de tantos años, comienza a enterarse de la existencia de su redención.
Aun cuando el escenario propiciado por el régimen de La Habana crea la imagen de un diálogo para la conmiseración —ya que le da a la Iglesia un espacio que le había negado durante casi más de cincuenta años y le concede el favor al canciller español de lavar un poco su figura ante la Unión Europea—, es imposible negar que esta liberación de 52 presos políticos que ha prometido la dictadura ha sido una victoria grandiosa de Orlando Zapata Tamayo, de las Damas de Blanco y de Guillermo Fariñas, los promotores invisibles y ausentes, pero verdaderos y principalísimos, de este deseado amanecer…  aún por confirmar.

Manuel Gayol Mecías
Escritor y periodista cubano. Editor de la revista literaria online Palabra Abierta (http://palabrabierta.com). Graduado de licenciatura en Lengua y Literatura Hispanoamericana, en la Universidad de La Habana en 1979. Fue investigador literario del Centro de Investigaciones Literarias de la Casa de las Américas (1979-1989). Posteriormente trabajó como especialista literario de la Casa de la Cultura de Plaza, en La Habana, y además fue miembro del Consejo de redacción de la revista Vivarium, auspiciado por el Centro Arquidiocesano de Estudios de La Habana.
Ha publicado trabajos críticos, cuentos y poemas en diversas publicaciones periódicas de su país y del extranjero, y también ha obtenido varios premios literarios, entre ellos, el Premio Nacional de Cuento del Concurso Luis Felipe Rodríguez de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) 1992.
En el año 2004 ganó el Premio Internacional de Cuento Enrique Labrador Ruiz del Círculo de Cultura Panamericano, de Nueva York, por El otro sueño de Sísifo.
Trabajó como editor en la revista Contacto, en 1994 y 1995. Desde 1996 y hasta 2008 fue editor de estilo (Copy Editor), editor de cambios (Shift Editor) y coeditor en el periódico La Opinión, de Los Ángeles, California.
Actualmente, reside en la ciudad de Corona, California.

OBRAS PUBLICADAS: Retablo de la fábula (Poesía, Editorial Letras Cubanas, 1989); Valoración Múltiple sobre Andrés Bello (Compilación, Editorial Casa de las Américas, 1989); El jaguar es un sueño de ámbar (Cuentos, Editorial del Centro Provincial del Libro de La Habana, 1990); Retorno de la duda (Poesía, Ediciones Vivarium, Centro Arquidiocesano de Estudios de La Habana, 1995).

12 comentarios

  1. Los gobiernos no democráticos suelen recurrir en última instancia a todas las medidas desesperadas que tengan a su alcance con tal de mantenerse en el poder. Los hermanos Castro no pensaban transar y transaron, no pensaban dialogar y tuvieron que dialogar. Su dureza se suaviza momentáneamente con una sonrisa nerviosa ante las cámaras. Es una forma corriente de pasar el vendaval, pero ya se perciben nuevas olas en el horizonte. Sin duda que muchos actores tuvieron su mérito y su beneficio en esta liberación. Lo importante es que recobraron la libertad y que ahora la voz de los liberados se escuchará con altoparlantes en todo el mundo. Sufrir la prisión, la tortura, el desaparecimiento, la vejación constante, la humillación, sólo por pensar distinto, es algo que ya conocemos muy bien en Chile. Es una ignominia que no se puede tolerar en ninguna parte, bajo ningún régimen. Esta es una muestra más de que el callejón sin salida del gobierno cubano se seguirá estrechando.
    Muy buen escrito Manuel.

    1. ¡Caramba, Jorge, amigo, qué satisfacción me dan tus palabras!, ¡tus acertadas palabras! Y desde una perspectiva intelectual, lo que más aprecio es que lo diga un lúcido escritor chileno que sufrió el régimen de otro dictador como Pinochet. Nuestra imaginación y la literatura es el verdadero camino de la libertad, por el que vivimos, coincidimos y es el que defendemos. Un abrazo fuerte, Manuel

  2. Estimado amigo Gayol:
    Acabo de leer su acertado artículo: » Cuba, el amanecer de los Ausentes» que en mi opinión, reune los requisitos indispensables para que se le considere como un trabajo periodístico de primerísima calidad, en el que se ponen de manifiesto: su absoluto conocimiento de la situación que trata, su sentido de la responsabilidad periodística , su apego a la verdad de los sucesos que trata y la inteligencia y honestidad de su juicio. Creo que la liberación de los presos que quedan de la llamada Primavera Negra se ha demorado bastante y aunque debemos agradecer a todos los que últimamente han tratando de propi
    ciarla no podemos olvidar, que es al sacrficio de los que han ofrendado su vida, de los que han pasado meses en una horrible huelga de hambre y de las valientes marchas de Las Damas de Blanco los que han propiciado el cambio. !Que Dios nuestro Señor nos ayude y proteja y que no decaiga la pluma de los que , como Usted, enfocan nuestra situación con la verdad como bandera.

    1. Gracias, amiga Herminia, gracias. En verdad, yo no me canso de sufrir, aun cuando este en este pais: libre y placidamente, no me canso de sufrir por esos hombres y mujeres que lo han dado todo. Que Dios los bendiga. Un abrazo, Manuel

  3. Gracias Manuel por mostrarnos esa importantísima opinión que procede del sentir cubano. Te aseguro que amplía mucho la visión desde acá, siempre sesgada y casi tocada por un velo de supuesta «cercanía ideológica». Uno se da cuenta de la importancia de hablar en libertad, más aún con estos ejemplos.
    Un abrazo
    Laura

    1. Gracias a ti, Laura. En realidad, aún faltan muchos presos por liberar, y principalmente a Cuba toda. Que no quede duda de que esta migaja de liberación que ha hecho la tiranía de los Castro —a la cual también le quieren sacar el producto de negociaciones con la UE, en cuanto a la Posición Común y a intentar crear una imagen de que son humanos — ha sido debido a la presión que han hecho la muerte de Orlando Zapata Tamayo, en huelga de hambre, las manifestaciones de las Damas de Blanco y la otra intensa huelga de hambre y sed que ha llevado a cabo Guillermo Fariñas. Ellos han sido los verdaderos gestores de esta presión que se han sentido los Castro. También, como dice otro amigo mío, periodista y analista político, en un magnífico artículo: “cuidado con el síndrome de Estocolmo”. Porque en nada hay que reconsiderar como un gesto humanitario lo que ha hecho la dictadura. En fin, que ha sido la primera gran batalla perdida por el régimen castrista ante la luz pública internacional. Gracias por tu comentario una vez más. Un abrazo, Manuel

  4. Gracias, Piter, si a alguien hay que leventarle un monumento en estos tiempos es a los presos p[oliticos y a las Damas de Blanco, asi como a todos los oprimidos del mundo. Un abrazo, manuel

  5. Gracias a ti, Julio, me da una gran satisfacción tu comentario, puesto que el hecho de que siempre lo lean a uno y se interesen en lo que decimos es motivo de ánimo, también lo es más cuando lo expresado, en este caso por ti, significa una coincidencia exacta. Sí, mi amigo, concuerdo plenamente con lo que agregas a mi trabajo tan acertadamente, puesto que estás diciendo lo que —por un problema de espacio, ya que es un artículo y no un ensayo— yo había pensado dejarlo para otro trabajo. Así que si juntamos mi artículo y tu comentario, entonces queda mucho más redondeado el tema de la liberación de estos 52 presos políticos. Primero, que los verdaderos promotores de esta liberación son Orlando Zapata Tamayo, las Damas de Blanco y Guillermo Fariñas, apoyados por todos los demás disidentes y el exilio, así como la situación explosiva a que está abocada la sociedad cubana actualmente. Segundo, que es justa y válida la mediación de la Iglesia, aun cuando haya sido la dictadura la que ha querido y decidido usarla. Tercero, que Moratinos, Zapatero y el gobierno español en pleno están comprometidos ante el mundo en no sólo ayudar a esos 52 presos (en caso de que ellos, los prisioneros de conciencia, aceptaran viajar a España; ayudarlos para que rehagan su vida y no dejarlos a la buena de Dios en los vaivenes de una sociedad capitalista en crisis, sino que además se encuentran comprometidos a fondo en continuar lidiando con el régimen castrista hasta que se liberen a todos los otros presos que quedan (hasta ahora se piensa, creo, que son unos 200 más), pero asimismo tienen que buscar, con gestiones firmes y más realistas, la posibilidad concreta de lograr la libertad y la democracia para todo el pueblo de Cuba. Si esto dentro de un año a más tardar no se convierte en logros reales, entonces todo se convertirá en Más de lo Mismo. Los presos políticos siguen siendo rehenes y elementos intercambiables para la dictadura. Esto ha sido —como ha dicho Roberto Álvarez Quiñones en un magnífico artículo que también ha publicado en HispanicLA y en otros medios— el primer gran triunfo de la oposición contra el régimen. Pero cuidado con el síndrome de Estocolmo. No hay que darle las gracias a los Castro, no, sino que hay que seguir insistiendo en la libertad de todo el pueblo de Cuba y su democratización. Te agradezco tu excelente comentario. Un abrazo, Manuel

  6. Estimado Manuel.
    En medio de la noticia, has expresado la verdad más allá de los medios que parecen repetir a modo de papagayos que el buen oficio de la iglesia católica y el canciller Moratinos han movido al gobierno cubano. No puedo menos que afirmar que tu análisis es el más acertado y también alegrarme por la liberación de algunos presos políticos cubanos. Excéptico como soy quiero verlo y además si no conllevará un destierro forzozo de todos. Porque hay que alegrase. Sï, pero hay un largo camino aun por alcanzar en la libertad de CUba y repito claro de mi Cuba que es la de todos los cubanos y no una entelequia apoyada por la ilusión utópica.
    Faltan más presos políticos porque son cientos. Faltan los que están por propaganda enemiga, desacato o también por condenas que fueron fabricadas para desacreditar a los opositores y falta cambiar las leyes abusivas y ridículas que en sí mismas violan los derechos humanos. No olvidemos que esos dueños del poder en Cuba han entregado presos políticos otras veces y han vuelto después a encerrar a nuevos. Por eso, sí me alegro pero espero por un futuro. Ojalá que sea un pequeño resquebramiento que conduzca al cambio. Entonces sí gritaré de alegría.

  7. A las damas de Blanco, lo mismo que a los presos, habría que levantarles un monumento, a toda esa buena gente que tiene ganas de libertad. Felicidades Manuel.

    1. Gracias, Piter, si a alguien hay que levantarle un monumento en estos tiempos es a todos los presos politicos cubanos y a las Damas de Blanco, asi como a todos los oprimidos del mundo. Gracias por leerme y mucho mas por coincidir. Un abrazo, Manuel

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