Propiedades de inversión en el mercado actual, por Tony Ruano

 

Compradores, vendedores, agentes de bienes raíces, corredores de hipotecas, agentes de seguros, funcionarios bancarios, inspectores inmobiliarios, tasadores, abogados y todo aquel que esté, de una u otra forma vinculado a la rama de la industria inmobiliaria, relacionada con las inversiones, viene sufriendo el fenómeno de la incertidumbre dentro del sector.

La mayoría de los compradores activos en el mercado no distinguen, al momento de someter una oferta de compra, la diferencia entre propiedades de inversión. Muchos de ellos consideran que todas las propiedades de inversión tienen las mismas características y, realmente, no es así.

Los clientes, la atención, el mantenimiento y la administración que requiere una propiedad de vivienda múltiple, tiene muy poco en común si lo relacionamos a edificios de oficinas, centros comerciales, propiedades industriales, parques para casas móviles, centros de recreación, etc. Tanto es así, que cuando un inversionista cambia su campo de especialización por otro, tiene que familiarizarse primero con la estrategia a seguir con los nuevos usuarios y el tipo de propiedad.

Así, el desconocimiento lleva a los compradores bisoños a hacer ofertas ridículas, que en ocasiones les hacen perder magníficas oportunidades.

Los pocos dueños que deciden vender sus propiedades, pretenden ignorar los cambios acaecidos en el mercado y piden precios imposibles de mercadear, lo cual las congela en un limbo.

Los agentes de bienes raíces tienen las manos atadas ante las expectativas de compradores y vendedores y la realidad del mercado actual.

Los corredores de hipotecas no pueden lograr sus préstamos, puesto que las tasaciones de los inmuebles no corresponden a los precios requeridos por los vendedores, y/o porque las exigencias de las instituciones financieras, para otorgar préstamos, son cada día mayores y más estrictas.

Por su parte los tasadores inmobiliarios no pueden cerrar los ojos ante un mercado que ha sufrido la caída de los  precios, producto de inversiones mal realizadas o decisiones mal tomadas por sus propietarios. Lo cual conllevó a juicios hipotecarios y embargos de propiedades, factores estos que han contribuido decisivamente a la actual reducción de los precios.

Los agentes de seguro, inspectores inmobiliarios y abogados sólo pueden limitarse a observar, mientras ven alejarse los negocios y confían en una pronta recuperación del mercado inmobiliario.

Por su parte los funcionarios bancarios procuran negociar préstamos que no ocasionen problemas futuros a sus instituciones. Entre otras cosas, esto es  debido a las nuevas regulaciones gubernamentales para la industria financiera.

Esta actitud defensiva tomada por los banqueros, trae consigo el desconocimiento de largos años de confianza depositada y de experiencias positivas, en el trato con determinados clientes; los cuales se consideran relegados y marginados, al verse obligados a negociar sus préstamos sin que se tome en cuenta su trayectoria anterior, para con la institución.

Son tiempos en que la comprensión, el conocimiento y la experiencia de un profesional competente, resulta decisiva para lograr cualquier negocio.

J. A. “Tony” Ruano es autor del libro “Bienes raíces. Manual práctico de compra venta y administración”. tony@ruanobrokers.com

Economista. Especializado en mercadeo y finanzas de propiedades inmobiliarias. Desde 1995 su columna “Bienes raíces”, ha sido publicada semanalmente, por los principales periódicos en idioma español en Norteamérica. Tony es autor del libro “Bienes raíces. Manual práctico de compra, venta y administración”

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