‘Hay que investigar si Cristiani tuvo participación’ en la masacre jesuita

SAN SALVADOR – La masacre jesuita, en la que murieron los sacerdotes y académicos más importantes de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA) de entonces, nunca quiso ser juzgada en El Salvador: los presuntos autores han sido intocables. Sin embargo, evadir la justicia en un mundo globalizado como el actual es imposible. El “Caso Jesuita” está a punto de iniciar una dinámica nunca pensada en este país donde deambula día y noche la impunidad.

Benjamín Cuéllar, director del Instituto de Derechos Humanos de la Universidad Centroamericana (IDHUCA), advierte a ContraPunto que con lo que ya está en manos del juez Eloy Velasco, que lleva la causa en Audiencia Nacional Española, de Madrid, los 14 militares acusados (seis como intelectuales y ocho como autores materiales), podrían ser llamados a juicio y girarles órdenes de captura internacional.

Cuéllar fue uno de los testigos que en días recién pasados hablaron ante la Audiencia Nacional Española, para testificar que los procesos judiciales emprendidos en El Salvador en el “Caso Jesuita”, fueron fraudulentos.

Por otra parte, entre los testigos también participó un ex oficial de la Fuerza Armada, que aportó datos trascendentales en el proceso, según varias fuentes. La espera sobre lo que decida el juez Velasco mantendrá impaciente a toda la sociedad salvadoreña, mucho más a los implicados.

¿Cómo y qué rumbo lleva el proceso del “Caso Jesuitas” en la Audiencia Nacional Española?

“Con lo ocurrido a partir de las audiencias que se dieron entre el 21 y el 28 de junio, en Madrid, se ha avanzado bastante, pese a la resistencia de la Corte Suprema de Justicia de El Salvador. Lo que se ha aportado, por una parte, es que los altos jefes militares acusados por nosotros (en el Instituto de Derechos Humanos de la UCA, IDHUCA) en 2000 como autores intelectuales de la masacre de los jesuitas y a Cristiani como encubridor, no han sido juzgados como la defensa de ellos y ellos mismos dicen. Lo que se hizo fue un proceso fraudulento”.

¿Qué sucedió en 2000?

“El Juzgado Tercero de Paz, de San Salvador, en diciembre de 2000, sobreseyó definitivamente a quienes acusábamos: seis altos militares y al ex presidente Cristiani, alegando que el crimen había prescrito, pero declarando que no se les podía beneficiar con la Amnistía. Esos y otros elementos han demostrado en la Audiencia Nacional que en El Salvador no han sido juzgados. El entonces Fiscal General, Belisario Artiga, primero envió el caso a un tribunal al que no correspondía, con la indicación de que se investigara y procesara. Aquel tribunal no admitió la causa. Entonces en poco tiempo, el mismo Fiscal mandó el caso a otro tribunal pidiendo el sobreseimiento; ello demuestra también el fraude”.

¿Qué fue lo que realmente ocurrió en la Audiencia?

“El 23 de junio estuve yo declarando lo que ya conté; el jueves 24 de junio declaró el testigo protegido y el lunes siguiente, 28, fue a declarar el coronel José Luis García, como perito y experto militar, quien también declaró en El Salvador después del asesinato de los jesuitas y de las dos mujeres. Él, con sus testimonios y conocimientos demostró como el Alto Mando salvadoreño no podía alegar que no sabía o que no había emitido la orden de matar a los jesuitas; que ello era imposible, dijo, que un oficial aislado diera semejante orden”.

¿Este oficial García, es el argentino? ¿Pero quien lo manda a hacer declaraciones y a investigar a El Salvador?

“Después de la masacre, cuando se creó una Comisión de Honor del Ejército y se revelan los nombres de unos oficiales, clases y soldados, como culpables del hecho, en la UCA se trabajó en la acusación; los fiscales Sidney Blanco y Henry Campos renuncian y comienzan a trabajar en la acusación particular, apoyando a la UCA como querellante. También participan otros expertos internacionales y ahí es cuando llega el coronel José Luis García, que es un experto en cadenas de mando y también en derechos humanos. El resultado de aquel juicio fue fallido y también fraudulento, entre 1990 y 1991”.

¿Quién es el testigo protegido y qué fue lo que aportó?

“El testigo protegido ha incorporado información… Él perteneció a la Fuerza Armada en esa época y estaba en el marco de las circunstancias en las cuales se dio la masacre en la UCA y por lo tanto tuvo formas de darse cuenta de las cosas que se han incorporado, como nuevas”.

¿Qué es lo que él ha incorporado de nuevo?

“Con las declaraciones del testigo protegido ante el juez Velasco, éste ya tiene el convencimiento de que hay una participación de la superioridad castrense y participación directa de ellos. Además hay elementos nuevos que le deberían hacer cambiar su decisión inicial de no haber incluido al ex presidente Cristiani en la querella. Lo que yo creo que se debería hacer es profundizar en las investigaciones del presidente Cristiani por la cadena de mandos, ya que él era el superior de todos los militares de entonces”.

¿Qué se debería investigar?

“Bueno, si Cristiani tuvo o no conocimiento; su participación. Si no tuvo conocimiento de los hechos por qué no ejerció la superioridad (en investigar, después de la masacre) en esa estructura institucional y por qué se conformó sólo en llegar hasta el coronel Guillermo Benavides, entonces director de la Escuela Militar y acusado de haber planeado y ejecutado a los jesuitas y las dos mujeres. Se sabía y muchos militares lo consideraron que era imposible que Benavides haya sido el responsable de ello por su propia iniciativa”.

Cambiando de tema, ¿qué papel está jugando la Corte Suprema de Justicia (CSJ) de El Salvador?

“Bueno, la Corte es un cuerpo colegiado, pero sabemos que hay votaciones divididas. El juez Velasco le ha pedido a la Corte salvadoreña tres cosas: las direcciones de los imputados, cosa que solventó el presidente de la CSJ, Belarmino Jaime. Las otras dos solicitudes no las han cumplido: la entrega certificada de los expedientes de 1990-1991 y de 2000, así como tampoco ha cumplido con notificar a los querellados de las acusaciones que se le imputan”.

¿En qué les afecta eso a los querellados?

“Eso los deja más vulnerables porque no tienen conocimiento directo de los acusaciones que se le hacen. Los hará entrar en gastos innecesarios, porque pudieron haberse enterado acá, pero lo van a tener que ir a hacer en Madrid y tendrán que contratar despachos que los representen. Algunos aquí se quedaron con las malas costumbres de “jugar” en potreros, sin reglas y sin árbitros. Pero este proceso es en una cancha de lujo, con reglas del juego claras y con jueces imparciales”.

¿Será posible que el juez Velasco gire órdenes de captura internacional en poco tiempo?

“Pues así como van las cosas, claro que sí. Depende de las dinámicas y prioridades de la Audiencia Nacional Española. Pero de acuerdo con lo que el juez ya tiene, pruebas y argumentos, ya es suficiente para tomar la decisión de (girar) las órdenes de captura. Referente a Cristiani, el juez Velasco, pudiera también incluirlo como querellado si lo dicho por el testigo protegido sirve para ello”.

¿Habrá más testigos protegidos?

“Creo que sí… Cuando la verdad comienza a salir ya nadie la detiene. Quienes tienen información se arriesgan en lugar de protegerse si no colaboran. Quienes dieron la orden de la masacre son los que estaban en el mando y mal hacen en cerrar filas con ellos”.

De Prensa Digital Contrapunto, El Salvador

Juan José Dalton es el director de la revista digital Contrapunto (http://contrapunto.com.sv)

Un comentario

  1. Muy bien Juan José y sigue por favor, no cejes, que esta es una batalla por el honor de El Salvador y no sólo por la memoria de esos hombres valientes, dignos jesuítas.
    De esos hombres quedan pocos. María Eugenia, Alhambra, California

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